Yennely era una joven a quien le gustaban las mariposas y cuyo cuerpo fue encontrado sin vida con signos de violencia en Cotuí. Su madre, Yenny Hilario, lamenta su inesperada pérdida, recordando los tiempos felices de su hija cuando era pequeña. La asesina, Ammy Hiraldo, se entregó a la policía y confesó haber cometido el crimen, enfrentando ahora un juicio que la enviará a prisión por muchos años.

La madre de Yennely visita su nicho en el cementerio de Cotuí, dejando flores y recordando a su hija y a su esposo fallecido hace dos años. La comunidad está de luto por la tragedia, sorprendida por un crimen tan impactante en la zona. Yennely era descrita por su familia como una chica feliz, dedicada a la música, el baile y el juego con su perra, mostrando una actitud alegre y cercana en sus últimos días de vida.

La relación entre Yennely y su asesina confesa, Ammy Hiraldo, iba más allá de la amistad, teniendo un componente sentimental. Sin embargo, Yennely había conocido a un hombre y decidido terminar con la relación, lo que desencadenó la terrible reacción de Ammy. La familia y amigos de la joven exigen justicia por su muerte, temiendo que pueda haber otro cómplice involucrado en el crimen.

A pesar de los momentos difíciles que Yennely enfrentó en el pasado, incluyendo episodios de depresión, había superado esas dificultades y se encontraba en un buen momento en su vida. Su entorno familiar y amistoso la recuerda como una persona feliz y en plenitud. La madre de Yennely, a pesar de la tragedia, no guarda rencor hacia la familia de la asesina, pidiendo fortaleza para ellos en su difícil situación.

El círculo cercano de Yennely se une para manifestarse en San Francisco de Macorís, exigiendo justicia y recordando a la joven con cariño. Creen que el crimen no fue cometido por una sola persona y que hay otra involucrada, basándose en la desaparición del celular de la víctima. Una pancarta con el mensaje "Todos somos Yennely" muestra a la joven rodeada de mariposas, reflejando su amor por estos seres alados.

Yennely, una joven llena de vida y alegría, es recordada por su familia y amigos con cariño y un profundo dolor. A pesar de las dificultades que enfrentó, logró mantenerse firme y feliz, disfrutando de sus últimos días antes de su trágica muerte. El caso de Yennely sigue conmoviendo a la comunidad y exige que se haga justicia por la joven que fue arrebatada de manera violenta en Cotuí.

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