Wall Street abrió la semana con ligeras pérdidas en sus principales indicadores, una semana después del caos en las bolsas internacionales debido al temor a una posible recesión en EE. UU. El Dow Jones caía un 0.31%, el S&P 500 retrocedía un 0.21% y el Nasdaq perdía un 0.13%. A pesar de esto, la semana anterior se recuperó parte del terreno perdido gracias a datos laborales mejores de lo esperado.
Los analistas señalan que grandes fondos han aprovechado las caídas en bolsa para comprar acciones a precios más bajos, una estrategia conocida como 'buy the dip'. Callie Cox, estratega jefe de mercado de Ritholtz Wealth Management, no descarta nuevos movimientos en esta dirección. La volatilidad del mercado puede continuar, especialmente con la publicación del índice de precios al consumo de julio, que será clave para evaluar la solidez de la economía.
Por sectores, el mercado mostraba pérdidas en el sector inmobiliario e industrial, mientras que el tecnológico y el energético presentaban crecimientos. El impulso del sector tecnológico se debía en parte al aumento de empresas como Nvidia y Apple. Entre los valores del Dow Jones, se registraban más retrocesos que avances, con Procter & Gamble y Boeing liderando las pérdidas. UnitedHealth y Walmart estaban entre las empresas que más crecían.
Wall Street está a la espera de datos importantes, como el índice de precios a la producción de julio y las estadísticas de ventas minoristas, que se publicarán durante la semana. El rendimiento del bono del Tesoro bajaba ligeramente, mientras que el precio del petróleo de Texas subía. A pesar de las turbulencias en el mercado, la situación se mantiene en constante evolución y los inversores deben permanecer alerta ante cualquier movimiento brusco en los indicadores.
En general, la semana pasada estuvo marcada por la incertidumbre y la volatilidad en los mercados financieros internacionales. A medida que se publican más datos económicos y se conocen las políticas de la Reserva Federal, los inversores se mantienen atentos a cualquier señal que pueda indicar un posible cambio en la tendencia. Las estrategias de compra a precios más bajos se convierten en una táctica común entre los grandes fondos en un intento por aprovechar las fluctuaciones del mercado y obtener ganancias a largo plazo.