Una niña de seis años encontró un trágico final cuando su madre, Ana Josefa García Cuello, médico militar, es la principal sospechosa de haberla decapitado en su apartamento en Santo Domingo Este. El suceso tuvo lugar en presencia del hermano menor de la víctima, un niño de cinco años. La cabeza de la niña fue encontrada en el baño mientras el cuerpo estaba en la cocina del apartamento donde vivía la familia. Los vecinos relataron que escucharon la oración habitual de la familia por la mañana, sin imaginar el horror que vendría después.

Los vecinos de la mujer relataron que ella les informó que alguien había entrado en su casa con intenciones de robo, lo que llevó a un vecino a entrar a la vivienda y encontrarse con escenas sangrientas. Fueron sorprendidos por lo ocurrido ya que García Cuello nunca había mostrado signos de delirio o depresión. La comunidad se mostró conmocionada por lo sucedido, ya que la familia era conocida por su devoción cristiana, lo que hizo aún más difícil asimilar la tragedia dada su conducta habitual. La mujer habría utilizado un cuchillo para cometer el crimen y luego lo arrojó a un solar baldío.

García Cuello había regresado recientemente de Estados Unidos, donde viajó para cuidar a un hermano enfermo. La mujer era miembro de una iglesia evangélica y confesó a sus hermanos en la fe que estaba atravesando por dificultades familiares, pidiendo oraciones por ella y su familia. Algunos miembros de la iglesia relataron que la mujer se sentía perturbada por discusiones familiares recientes, pero nunca imaginaron que llegaría a cometer un crimen tan espantoso. A pesar de todo, siempre mostró un profundo amor por sus hijos y los cuidaba con esmero.

García Cuello y su esposo fueron detenidos para fines de investigación en el destacamento policial del sector, y posteriormente trasladados a la "Carcelita" de San Luis. La Policía Nacional recopiló grabaciones de cámaras de seguridad en el residencial donde vivían, que no mostraban la entrada ni salida de ninguna persona ajena al lugar, refutando las declaraciones de la médico militar a un vecino sobre la presencia de un intruso. Además, no se observaron signos de forcejeo en la vivienda. El vocero de la Policía calificó el suceso como desgarrador y esperaba los informes periciales para tener más detalles sobre las circunstancias en las que se encontró el cuerpo de la menor.

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