En el barrio capitalino de Cristo Rey, la comunidad ha estado preocupada por Francelys Furcal Rodríguez, la joven que mató a su empleador chino que la maltrataba. Tras dos años de incertidumbre, Francelys ha sido extraditada y enviada a prisión preventiva, lo que ha generado un sentimiento de indignación en el barrio. El juez Rigoberto Sena impuso la medida de coerción debido a la posibilidad de que la imputada pudiera evadir la justicia, y ahora Francelys se encuentra en la prisión Najayo Mujeres mientras su familia y vecinos de Cristo Rey esperan que se haga justicia.

En el barrio de Cristo Rey, existe miedo y cautela al hablar sobre el caso de Francelys. Sin embargo, los vecinos cercanos a la familia de la joven están convencidos de que el homicidio fue involuntario y en defensa propia. En la calle donde vivía Francelys, dos hombres coinciden en que ella era una joven trabajadora que buscaba ayudar a su familia, pero que también sufría abusos por parte de su empleador. Para ellos, era comprensible que ella se defendiera de las agresiones que recibía.

La casa de Francelys en Cristo Rey es humilde y sencilla, con una pequeña terraza adornada con plantas y un cuadro de una mujer sonriente en la pared. El padre de la joven es el único miembro de la familia que hace declaraciones sobre el tema, aunque se muestra incómodo al hablar de la situación. La vivienda refleja la vida de una joven que trabajaba duro para sacar adelante a su familia y que un día decidió defenderse del maltrato al que era sometida.

El barrio de Cristo Rey es conocido por ser una zona humilde habitada por personas trabajadoras, y Francelys era parte de esa comunidad. Hace más de dos años que no pisa su casa ni puede compartir un día normal con su familia, debido a la dramática situación en la que se vio envuelta. Sus vecinos recuerdan a una joven esforzada y valiente que luchaba por salir adelante, y ahora esperan que se haga justicia en su caso para que pueda recuperar su libertad y regresar a su hogar en Cristo Rey.

En medio de la incertidumbre y el temor que se siente en Cristo Rey, la comunidad sigue esperando que la justicia prevalezca en el caso de Francelys Furcal Rodríguez. A pesar del dolor y la indignación, sus vecinos siguen recordando a una joven valiente que luchaba por un futuro mejor para su familia. La casa de color salmón en la calle estrecha de Cristo Rey sigue esperando el regreso de Francelys, quien ahora se encuentra tras las rejas mientras su familia y su comunidad anhelan su pronta liberación y que se haga justicia en su caso.

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