El gobierno dominicano presentó su propuesta de reforma fiscal titulada "Modernización Fiscal" encabezada por el presidente Luis Abinader. Durante la presentación, el ministro de Hacienda, José Manuel Vicente, expuso los detalles de la propuesta, que incluye un aumento en los impuestos a las bebidas alcohólicas y la implementación de nuevos gravámenes para las bebidas no alcohólicas azucaradas. La reforma busca cambiar el nombre del Impuesto sobre Transferencias de Bienes Industrializados y Servicios (Itbis) para pasar a llamarse Impuesto al Valor Agregado (IVA) con el objetivo de unificar la nomenclatura del impuesto a estándares internacionales.

En cuanto a las bebidas alcohólicas, el gobierno propone dos medidas principales para aumentar la recaudación tributaria en este sector. En primer lugar, se plantea un aumento del impuesto específico por grado de alcohol, que pasaría a ser de 840 pesos, lo que impactaría directamente en los precios de las bebidas alcohólicas con mayor contenido alcohólico. En segundo lugar, se busca incrementar la tasa ad-valorem aplicable a las bebidas alcohólicas al 11 %, lo que supondría una mayor contribución fiscal por parte de los productores e importadores de este tipo de bebidas.

Además, la reforma incluye la introducción de un nuevo impuesto a las bebidas no alcohólicas azucaradas, que estará determinado por el nivel de azúcar añadida en cada producto. Para bebidas con un contenido de 5.01 a 10 gramos de azúcar añadida por cada 100 mililitros, el impuesto será de 58 centavos por cada 100 ml, mientras que para bebidas con un contenido superior a 10.01 gramos de azúcar por cada 100 mililitros, el gravamen será de 1 peso por cada 100 ml. Esta medida se basa en recomendaciones internacionales y busca promover hábitos de consumo más saludables.

El ministro Vicente destacó que más del 75 % de los países que aplican impuestos selectivos a las bebidas azucaradas han optado por gravámenes específicos, ya que tienden a ser más fáciles de administrar, no están sujetos a la manipulación de precios por parte de la industria y generan ingresos más estables, al no depender de las fluctuaciones en los precios de los productos. Con estas medidas, el gobierno busca no solo aumentar la recaudación fiscal, sino gravar el consumo de productos que no forman parte de la canasta básica familiar, como las bebidas alcohólicas y las azucaradas.

La reforma fiscal se enmarca dentro de una estrategia más amplia para modernizar el sistema tributario y lograr una mayor equidad en la distribución de la carga fiscal entre los diferentes sectores de la economía. La propuesta será enviada al Congreso Nacional para su debate y eventual aprobación, mientras que los sectores empresariales ya han manifestado su intención de seguir de cerca el proceso legislativo. El gobierno busca con estas medidas fortalecer la recaudación tributaria y promover hábitos de consumo más saludables, al tiempo que moderniza el sistema fiscal y busca una mayor equidad en la distribución de la carga impositiva.

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