La presa de Monte Grande, inaugurada el 25 de enero por el presidente Luis Abinader, fue construida a lo largo de una década con una inversión de casi US$700 millones. Esta obra tiene como objetivos principales impulsar el desarrollo agrícola y evitar inundaciones en el río Yaque del Sur. Sin embargo, para los productores del distrito municipal Hato Nuevo Cortés en Azua, la anegación causada por el llenado de la presa se ha convertido en una amenaza, afectando sus cultivos en los parajes de Boca de Mula, Manzanillo y Buey.

Los agricultores de Hato Nuevo Cortés, cuyo sustento proviene de la agricultura, se han visto perjudicados por el llenado de la presa, que aún no ha alcanzado su capacidad máxima. A pesar de reunirse con ejecutivos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), los residentes proyectan pérdidas significativas en viviendas y tierras cultivables. El precio insuficiente que reciben por las tareas de tierra afectadas ha generado descontento entre los productores, quienes consideran que sus reclamos no han sido atendidos adecuadamente por las autoridades.

La falta de compensación y apoyo por parte de las autoridades ha llevado a los residentes de Hato Nuevo Cortés a exigir la atención del presidente Abinader, solicitando una visita para verificar los daños causados por el llenado de la presa. A pesar de la oferta de terrenos fértiles a los residentes de la parte sur de la presa, los productores de Hato Nuevo Cortés se sienten abandonados y exigen una solución inmediata para poder garantizar su subsistencia. La posibilidad de dedicarse a la pesca, en lugar de la agricultura, no es considerada como una alternativa viable para los habitantes de esta comunidad.

El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi) ha asegurado que los afectados por el llenado de la presa de Monte Grande serán compensados, ofreciendo tierras y pagos en función de una tabla de catastro establecida por la entidad. Aunque se reconoce la necesidad de indemnizar a los productores afectados, los residentes de Hato Nuevo Cortés han expresado su preocupación por la falta de limpieza del embalse, temiendo posibles daños ambientales a raíz de esta situación. La Coalición Enriquillo ha denunciado que las autoridades no han cumplido con las regulaciones correspondientes para la construcción de la presa y han manifestado su determinación de continuar luchando hasta que se solucionen estas problemáticas.

La presa de Monte Grande, a pesar de ser considerada como un logro importante para el presidente Abinader y una promesa de desarrollo para la región, ha generado conflictos y descontento entre los agricultores afectados por el llenado del embalse. La falta de compensación adecuada, apoyo gubernamental y limpieza del embalse han exacerbado las tensiones en la comunidad de Hato Nuevo Cortés, donde los residentes luchan por proteger sus medios de vida y preservar su entorno natural. La resolución de estas problemáticas se convierte en un desafío para las autoridades, que deben encontrar soluciones equitativas y sostenibles para garantizar el bienestar de todos los implicados.

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