Gabriel Schorr, un exmilitar y experto en el conflicto judío-palestino, nació en Brasil en una familia judía. Se mudó a Israel para obtener la nacionalidad y sirvió en las fuerzas israelíes durante más de 23 años, lo que lo convirtió en un experto en geopolítica y en la guerra en la Franja de Gaza. Schorr atribuye su interés en el conflicto a la conexión que siente con Israel como judío y a su experiencia como paracaidista durante la ola de atentados suicidas en el país en los primeros años de 2000.

El conflicto entre Israel y Palestina tiene sus raíces en la historia antigua de la región, marcada por la presencia de las tres religiones monoteístas principales: judaísmo, cristianismo e islamismo. Esta tierra ha sido objeto de disputas y conflictos a lo largo de los siglos, tanto por motivos políticos como religiosos. Sin embargo, en la actualidad, el conflicto se caracteriza por la presencia de grupos fundamentalistas islámicos, como Hamás, que buscan expulsar a Israel de la región.

El objetivo de Israel en el conflicto no es solo la seguridad y defensa de su territorio, sino también la aceptación por parte de sus vecinos árabes. A lo largo de los años, Israel ha firmado acuerdos de paz con algunos países vecinos, como Jordania y Egipto, y ha establecido relaciones diplomáticas con otros países árabes. Sin embargo, el fundamentalismo islámico sigue siendo un obstáculo para la paz en la región, alimentando el conflicto con grupos como Hamás.

El fundamentalismo islámico, con sus fuentes de financiamiento y armamento en países como Irán, Afganistán, Pakistán y Líbano, representa una amenaza para la seguridad y estabilidad de la región. Estos grupos buscan expulsar a Israel de la zona y restaurar un califato musulmán en el territorio. Israel se enfrenta a esta amenaza tanto en su territorio como en la Franja de Gaza, donde Hamás tiene su base de operaciones.

En cuanto a la respuesta de Israel al conflicto, el país ha demostrado una capacidad militar avanzada y ha logrado éxitos significativos en sus operaciones en la Franja de Gaza. Sin embargo, la complejidad del conflicto, que involucra tácticas como el uso de túneles y la presencia de civiles en zonas de combate, plantea desafíos únicos para las fuerzas israelíes. La esperanza de llegar a una solución pacífica en el conflicto persiste, pero la obstaculiza la falta de voluntad por parte de los grupos fundamentalistas islámicos, como Hamás, de comprometerse con la paz.

En cuanto al futuro del conflicto, Gabriel Schorr cree que la resolución no será rápida y que puede requerir meses o incluso años de esfuerzos diplomáticos y militares. La participación de actores internacionales, como Estados Unidos, y los cambios políticos en la región pueden influir en el curso del conflicto. Sin embargo, Schorr mantiene la esperanza de que la paz es posible y que, a pesar de los desafíos y obstáculos, se pueda lograr una solución duradera que beneficie a ambas partes involucradas.

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