A tres meses de la llegada de la Misión Multinacional de Seguridad en Apoyo a Haití, solo 410 de los más de mil soldados propuestos para enfrentar las bandas haitianas están en el terreno. Durante la sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), el ministro de Relaciones Exteriores de la República Dominicana, Roberto Álvarez, criticó esta situación y mencionó que el reducido despliegue de la misión no ha dado los resultados esperados. Ante esta situación, el Gobierno dominicano decidió intensificar las deportaciones de haitianos debido al flujo migratorio irregular y los posibles riesgos de la violencia generada por el crimen organizado en Haití traspasando la frontera.

El embajador de Haití ante la ONU, Antonio Rodrígue, denunció las deportaciones llevadas a cabo por las autoridades dominicanas y solicitó solidaridad internacional para frenar estas repatriaciones, que considera una violación de los derechos humanos y del principio de vecindad. A pesar de esta solicitud, el canciller dominicano ratificó que las deportaciones continuarán y rechazó el llamado a detenerlas, asegurando que la crisis en Haití es responsabilidad del propio país y que no se puede permitir una frontera abierta que incentive una mayor migración irregular.

La representante Especial del Secretario General para Haití, María Isabel Salvador, presentó un informe negativo sobre la situación en Haití ante el Consejo de Seguridad, señalando que desde su informe anterior en julio, la situación en el país ha empeorado. A pesar de los avances logrados en la lucha contra las bandas armadas, la presencia de la misión multinacional no es suficiente. El gobierno de Kenia, junto con República Dominicana y la ONU, coincidió en la necesidad de completar el despliegue de los 1,500 soldados requeridos para combatir las bandas armadas en Haití, con solo Belice, Bahamas y Jamaica uniéndose hasta el momento.

Kenia anunció que está capacitando a 600 soldados para enviarlos a Haití a mediados de noviembre, pero esto está sujeto a la disponibilidad de recursos económicos y logísticos. A pesar de los logros obtenidos en la recuperación de infraestructuras clave en Haití, como el aeropuerto y el hospital nacional, persiste la preocupación por los ataques de pandillas en la capital. La falta de apoyo económico y de recursos logísticos ha limitado el despliegue completo de la misión multinacional, lo que dificulta la lucha contra la inseguridad en Haití.

En su informe, se mencionan tensiones entre los miembros del Consejo de Transición Presidencial de Haití y acusaciones de corrupción contra algunos de ellos, lo que ha generado una disminución de la confianza en el proceso político actual. La frustración pública por las dinámicas conflictivas que afectan el trabajo de las autoridades de transición se ha incrementado, y se ha instado a abordar la inseguridad, las reformas de gobernanza y los preparativos electorales. La corrupción y la falta de confianza son factores que complican aún más la situación en Haití y obstaculizan los esfuerzos de la comunidad internacional para brindar apoyo y estabilidad al país.

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