Ana Karina Ramos fue abandonada en estado agónico en una cañada del kilómetro 32 de la autopista Duarte, municipio Pedro Brand. A pesar de las circunstancias, la joven nunca perdió la esperanza y se mantuvo confiada en Dios para seguir con vida. Expresó que siempre ha sido una persona de fe y que nunca estuvo sola durante este proceso. Agradeció las atenciones recibidas por los médicos en el Hospital Vinicio Calventi, donde permaneció por 15 días. Aseguró que durante su experiencia, vio tres ángeles a los que no podía ver la cara por la intensa luz blanca, pero reconocía sus manos y batas blancas.

El agresor de Ana Karina, Eduardo Antonio Guerra García, afirmó a las autoridades que la joven le debía dinero, pero esta versión fue desmentida por la propia víctima. Ramos aseguró que no conocía al agresor, quien le causó múltiples heridas en su rostro con un arma cortopunzante y también la agredió con perdigones en el pecho utilizando una escopeta. La joven se hizo pasar por muerta para poder salvar su vida. Relató que estaba en un colmado en el kilómetro 28 de Pedro Brand tomando alcohol, y sospecha que el agresor pudo haberle puesto algo en su vaso para aprovecharse de ella.

La joven de 27 años espera que las autoridades hagan justicia para que ninguna otra mujer sea víctima de su agresor. Contra Guerra García, de 41 años, se impusieron tres meses de prisión preventiva, a cumplir en el Centro de Corrección y Rehabilitación La Victoria. Ana Karina expresó que desde pequeña ha soñado con ser artista y que continuará con este sueño con amor. Mencionó que tiene dos temas musicales que pronto dará a conocer y pretende crear sus videos musicales. A pesar de salir con las manos inmovilizadas, se espera que se recupere en casa según los profesionales de la salud.

José A. Alfaro, director del centro de salud, informó que a Ana Karina le colocaron un Sistema PAP para eliminar las infecciones en su cuerpo y mejorar la cicatrización de sus heridas. El pasado 13 de junio, la Policía Nacional informó sobre el incidente y reveló que la joven fue encontrada en estado crítico por trabajadores en la zona, quienes dieron aviso a las autoridades. El agresor trabajaba como seguridad privada y utilizó la escopeta asignada en su labor para cometer el brutal ataque.

La joven continúa con sus planes de convertirse en artista y seguirá adelante con determinación. A pesar de la difícil situación que enfrentó, Ana Karina Ramos se mantiene firme en su fe y agradecida por la oportunidad de seguir con vida. Espera que su agresor reciba la debida justicia para prevenir que otras mujeres sean víctimas de violencia. Su valentía y fortaleza han inspirado a muchas personas, y su historia será un testimonio de superación y esperanza para otros. La comunidad y las autoridades deberán trabajar juntos para combatir la violencia de género y proteger a las mujeres en riesgo.

Compartir.
Exit mobile version