Propietarios y residentes de las urbanizaciones Solimar y Miramar están preocupados por la situación de las ruinas del antiguo Colegio Maharishi. Denuncian que desde hace décadas los ocupantes ilegales están generando hostilidad, inseguridad y desorden en la zona. Los invasores han convertido el lugar en un espacio para dealers, talleres de ebanistería, vendedores ambulantes, lechoneras, talleres de vehículos, pocilgas improvisadas y supermercados, generando contaminación con químicos y desechos. Esta situación ha afectado la calidad de vida de la comunidad, con ruidos constantes y el peligro de la contaminación ambiental.
Los vecinos argumentan que desde que el edificio fue abandonado y ocupado ilegalmente, la salud y tranquilidad de la vecindad se han visto amenazadas. Una residente menciona que un taller de desabolladura y pintura ha sido instalado en la misma habitación contigua a la suya, generando molestias constantes y afectando su calidad de vida. Otra vecina señala que la contaminación generada por los elementos metálicos de estos talleres representa un peligro no solo para su casa, sino para toda la comunidad. Por esta razón, están exigiendo una solución a esta problemática que afecta su día a día.
De acuerdo con la información publicada en el portal de la Dirección General de Compras y Contrataciones Públicas, el Estado dominicano se encuentra en negociaciones con el propietario del terreno para rescatar el inmueble y llevar a cabo un proyecto que revitalice la zona. Esta acción se realizaría con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los residentes de Solimar y Miramar y poner fin a la ocupación ilegal que ha generado problemas en la comunidad. Se espera que esta intervención estatal pueda devolver la paz y seguridad a la vecindad.
Los problemas causados por los ocupantes ilegales en las ruinas del antiguo Colegio Maharishi han afectado gravemente la calidad de vida de los habitantes de las urbanizaciones cercanas. La presencia de dealers, talleres de diferentes tipos, vendedores ambulantes, lechoneras y supermercados improvisados ha generado contaminación ambiental y ruidos molestos que perturban constantemente a la comunidad. Esta situación ha sido denunciada por los propietarios y residentes, quienes exigen una pronta solución por parte de las autoridades para mejorar su entorno.
La lucha de los residentes de Solimar y Miramar por recuperar la tranquilidad y seguridad de sus barrios ha dado un paso importante con las negociaciones entre el Estado y el propietario del terreno donde se encuentran las ruinas del antiguo Colegio Maharishi. Se espera que la intervención estatal pueda rescatar el inmueble y llevar a cabo un proyecto que beneficie a la comunidad y ponga fin a la ocupación ilegal que ha causado estragos en la zona. Con estas acciones, se busca mejorar las condiciones de vida de los habitantes de las urbanizaciones afectadas y recuperar la paz y armonía en el vecindario.