Durante los primeros tres meses del año 2024, la ONG Red Nacional de Defensa de Derechos Humanos informó que al menos 208 personas fueron asesinadas en Haití, incluyendo 13 policías, y otras 158 resultaron heridas. Se registraron 5 ataques armados en diferentes zonas del país, y se descubrieron los cadáveres de 55 de las víctimas en Puerto Príncipe, Delmas y Pétion-ville.
Además de los asesinatos, se documentaron numerosos casos de secuestro y represión violenta de manifestaciones por parte de la Policía Nacional de Haití. Se reportaron 9 manifestaciones reprimidas en las cuales murieron al menos cuatro manifestantes y 15 personas resultaron heridas, entre ellas ocho periodistas. Asimismo, 64 mujeres y niñas fueron víctimas de violencia sexual, incluyendo violaciones colectivas.
Durante el periodo cubierto por el informe, se registraron múltiples atentados contra instituciones y comercios, incluyendo 19 comisarías de policía, cinco juzgados de paz y un tribunal. Grupos armados instalaron 13 puestos de peaje en diferentes zonas del país, controlando así el acceso a ciertas áreas y obstaculizando la libre circulación de la población. Varias casas fueron saqueadas e incendiadas, y miles de personas afectadas por la inseguridad tuvieron que refugiarse en nuevos campamentos.
La situación de inseguridad en Haití se ha agravado con la presencia de bandas armadas que han impuesto el terror en la población. Estas bandas, como la coalición G-9 an Fanmi e Alye y G-pèp, han cometido asesinatos, violaciones y secuestros, afectando gravemente los derechos humanos de la población. Se ha denunciado la connivencia entre estas bandas y las autoridades del Estado, así como con el sector privado, lo que ha permitido su crecimiento y poder en el país.
La Policía Nacional de Haití enfrenta dificultades debido a la falta de liderazgo y la corrupción dentro de sus filas. La situación ha llevado a que los hospitales y centros de salud no puedan funcionar adecuadamente por la inseguridad, la falta de suministros y la escasez de combustible y medicamentos. Las autoridades sanitarias se han limitado a evaluar los daños sin ofrecer soluciones concretas.
En resumen, el primer trimestre de 2024 ha sido catastrófico para los derechos humanos en Haití, con un aumento significativo de la violencia, los asesinatos y los actos de terror por parte de bandas armadas. La falta de acción por parte de las autoridades y la connivencia con grupos delictivos han contribuido a empeorar la situación en el país, donde la población vive en un clima de miedo y vulnerabilidad.