Una haitiana que se encuentra en territorio dominicano relató que pandilleros de la banda 400 Mawozo asesinaron cuatro miembros de su familia el pasado jueves en la ciudad de Geremia. Luisa Pican también teme por la vida de sus padres, quienes quedaron sin hogar después de que la banda se apoderara de la zona como refugio ante la persecución policial en Puerto Príncipe.
La señora Pican explicó que la banda mató a un hermano, dos primos y un tío de ella, dejando a sus padres en la calle viviendo de la caridad. Describió de manera desgarradora cómo sus primos, hermano y tío fueron decapitados por la pandilla. Solicitó a las autoridades dominicanas acoger a sus padres para intentar salvar sus vidas.
Esta situación demuestra la violencia y el peligro que enfrentan las personas en Haití debido a la presencia de bandas armadas como la 400 Mawozo. Los miembros de esta banda han tomado medidas extremas, como asesinar a miembros de familias para apoderarse de zonas donde puedan refugiarse de la policía.
La barbarie y la brutalidad de estos actos de violencia dejan en evidencia la vulnerabilidad de la población frente a las pandillas armadas en Haití. La falta de seguridad y la impunidad permiten que grupos criminales operen con total libertad, sembrando el terror y la desesperación en las comunidades.
Es necesario que tanto las autoridades haitianas como las dominicanas tomen medidas urgentes para detener la violencia de estas bandas y proteger a la población civil. La cooperación entre ambos países en materia de seguridad y lucha contra el crimen organizado es fundamental para garantizar la paz y la integridad de las personas afectadas por estas situaciones.
La historia de Luisa Pican y su familia es solo un ejemplo del sufrimiento que enfrentan muchas familias en Haití a causa de la violencia de las pandillas. Es crucial que se brinde apoyo y protección a las víctimas de estos crímenes, así como se trabaje en la prevención de futuros actos de violencia para garantizar la seguridad y el bienestar de la población afectada.
