La sociedad finlandesa se vio conmocionada por un tiroteo en una escuela primaria en Vantaa, al norte de Helsinki, donde un niño de doce años mató a tiros a un compañero de su edad e hirió gravemente a otros dos. El suceso tuvo lugar en el colegio de Viertola, cerca del aeropuerto de Helsinki-Vantaa, donde estudian alrededor de 800 alumnos y trabajan unos 90 empleados. El autor del tiroteo utilizó una pistola perteneciente a un familiar cercano y fue detenido por la Policía sin ofrecer resistencia.
La extrema juventud de los implicados y la recurrencia de la violencia escolar en Finlandia en las últimas décadas han causado una profunda conmoción en el país. Tanto el presidente finlandés, Alexander Stubb, como el primer ministro, Petteri Orpo, expresaron sus condolencias a las víctimas y sus familias, reconociendo sentirse profundamente conmocionados por el suceso. Se ha abierto un debate sobre el acoso escolar y la salud mental de los jóvenes en un país reconocido como uno de los más felices del mundo y con un sistema escolar ejemplar.
El primer ministro finlandés prometió una investigación exhaustiva de la tragedia y anunció que el Gobierno abordará el problema de la violencia escolar una vez se conozcan las conclusiones. Se destinarán más recursos a la educación primaria para contar con más personal en las escuelas y se mejorará el acceso de los jóvenes a los tratamientos terapéuticos. La Policía finlandesa, por su parte, ha detectado distintas amenazas contra centros escolares y patrulla regularmente para mantener la seguridad, aunque lamentan que tragedias como esta sigan ocurriendo.
Finlandia, con una alta cantidad de armas de fuego registradas debido a la afición de su población por la caza y el tiro deportivo, destaca tristemente en el índice de ataques en centros escolares. El país ha sido escenario de varios tiroteos escolares, siendo uno de los más impactantes el ocurrido en 2007, cuando un estudiante de 18 años mató a ocho personas en un instituto de Tuusula y luego se suicidó. Otro suceso similar tuvo lugar en 2008, cuando un estudiante de 22 años mató a tiros a nueve compañeros y un profesor en Kauhajoki, seguido de su suicidio.
En 2012, un joven protagonizó un tiroteo con una escopeta en un colegio de enseñanza secundaria en Orivesi, aunque no hubo víctimas mortales. Además, se han registrado otros ataques en centros educativos con armas blancas en Finlandia. Estos eventos han generado preocupación en la sociedad y las autoridades finlandesas, quienes buscan implementar medidas para abordar la violencia escolar y mejorar la salud mental de los jóvenes. A pesar de ser considerado uno de los países más felices y con un sistema educativo ejemplar, Finlandia aún enfrenta desafíos en la prevención de la violencia en las escuelas.

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