La Estimulación Cerebral Profunda (ECP) se ha consolidado como uno de los tratamientos de segunda línea más utilizados para pacientes con Parkinson, una enfermedad neurodegenerativa que afecta a más de seis millones de personas en todo el mundo. Los temblores son el síntoma más visible de esta enfermedad, superado en prevalencia únicamente por el Alzheimer. Los neurocirujanos funcionales Ámbar Pérez Fernández y Ángel Carreras Fernández, del Grupo de Cirugía Neurofuncional, explican que la ECP implica la implantación de un pequeño dispositivo similar a un marcapasos cardíaco en el cerebro. Esta innovadora técnica ofrece una esperanza renovada para quienes padecen Parkinson, mejorando significativamente su calidad de vida al enviar pequeños impulsos eléctricos al cerebro a través de cables implantados, regulando la actividad cerebral y reduciendo los temblores, además de mitigar potencialmente la depresión.

Los beneficios de la Estimulación Cerebral Profunda incluyen la reducción de los síntomas motores del Parkinson, como los temblores, la rigidez y la bradicinesia, permitiendo a los pacientes recuperar el control de sus movimientos. Además, muchos pacientes pueden reducir la dosis de sus medicamentos antiparkinsonianos, disminuyendo los efectos secundarios asociados a estos fármacos. Al controlar mejor los síntomas motores, los pacientes pueden realizar sus actividades diarias con mayor facilidad y autonomía, lo que se traduce en una mejora significativa en su calidad de vida. La ECP requiere la colaboración de un equipo multidisciplinario de especialistas y la utilización de tecnología avanzada para colocar los electrodos con precisión milimétrica, asegurando la eficacia del tratamiento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la ECP como un tratamiento efectivo para mejorar la calidad de vida en pacientes con trastornos neurológicos graves que no responden a otros enfoques terapéuticos. A pesar de los múltiples beneficios que el procedimiento brinda a los pacientes y sus familias, la ECP aún no cuenta con cobertura de la seguridad social en República Dominicana, lo que limita el acceso a un tratamiento que no solo gestiona los síntomas de manera efectiva, sino que también mejora sustancialmente la experiencia y el manejo de esta enfermedad crónica. La importancia de asegurar un acceso equitativo a esta tecnología avanzada y continuar investigando para ampliar su aplicación y refinamiento ha sido subrayada por la OMS.

Con la reducción de los síntomas y la menor dependencia de la medicación, los pacientes experimentan un aumento de la autoestima y una mejor interacción social. El apoyo de un equipo multidisciplinario garantiza que reciban el cuidado necesario en todos los aspectos de su vida, desde la movilidad física hasta el bienestar psicológico. La Estimulación Cerebral Profunda, o "marcapasos cerebral", está transformando la vida de los pacientes con Parkinson, ofreciendo una atención personalizada y continua que mejora significativamente su calidad de vida. La colaboración de un grupo multidisciplinario como el Grupo Neurofuncional es crucial para el éxito de esta terapia, demostrando cómo la sinergia entre diferentes disciplinas puede maximizar los beneficios del tratamiento.

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