Carlos León, doctor en arqueología y especialista en arqueología subacuática, ha señalado que en las costas de la República Dominicana existen más de 65 naufragios españoles de los que se conoce solo una docena. Durante la jornada ‘Arqueología bajo el mar: galeones, huracanes y naufragios’, celebrada en la Fundación Ramón Areces, se destacó la importancia de localizar, identificar y preservar estos naufragios como un patrimonio común entre España y la República Dominicana. Es fundamental trabajar en comunidad para conservar este patrimonio hundido que pertenece a ambas naciones.
En esta reunión se analizó la situación del patrimonio arqueológico subacuático en la República Dominicana, el cual proviene en su mayoría de naufragios españoles ocurridos entre los siglos XVI y XVIII. Se conmemoraron los 300 años del naufragio del ‘Guadalupe’ y el ‘Tolosa’ en la bahía de Samaná, destacando que esta flota de azogues de 1724 protagonizó uno de los naufragios más trágicos de la navegación española en el siglo XVIII. El proyecto Galeones de Azogue, iniciado en 1994, ha estudiado más de 5.000 objetos extraídos del ‘Guadalupe’ y los restos del navío que se conservan bajo el mar.
Cruz Apestegui, especialista en construcción naval española de los siglos XVII y XVIII, enfatizó que el patrimonio arqueológico sumergido en las costas dominicanas es uno de los más interesantes del mundo en términos de cantidad y variedad de naufragios. Sin embargo, esto también representa una gran responsabilidad para el país, que debe inventariar, conservar y preservar estos restos para las generaciones futuras. Es necesario implementar una gestión público-privada para conservar los más de 100.000 objetos procedentes de naufragios españoles en aguas dominicanas.
Por su parte, Gamal Michelén, viceministro de cultura de la República Dominicana, resaltó que la arqueología subacuática dominicana ha evolucionado desde el hallazgo del navío ‘Nuestra Señora de Guadalupe’ en 1976 hasta ratificar la Convención de la UNESCO sobre Patrimonio Cultural Subacuático. Esto marca una nueva fase en la conservación y defensa del patrimonio sumergido que une a los países. Mónica Gutiérrez, directora del Museo de las Atarazanas Reales de Santo Domingo, destacó el cambio en la valoración de este patrimonio, pasando de la venta de piezas encontradas de forma superficial a una muestra exhibida en el museo.
Carlota Pérez-Reverte, doctora especializada en Arqueología Subacuática, subrayó la importancia de que las personas conozcan y se sientan vinculadas con su patrimonio, para así impulsar su protección y conservación. María Agúndez, subdirectora general de gestión y coordinación de bienes culturales del Ministerio de Cultura de España, explicó las acciones llevadas a cabo por el Departamento para conservar y preservar el patrimonio cultural subacuático de naufragios españoles hundidos en el exterior, como el inventariado de naufragios, acuerdos interministeriales e internacionales, participación en misiones de la UNESCO y exposiciones itinerantes.