Un tsunami de hasta medio metro golpeó las costas del sudoeste de Japón después de un fuerte terremoto de magnitud 7,1 en la región. El seísmo tuvo lugar en el mar de Hyuga, frente a las costas de la prefectura de Miyazaki, en la isla de Kyushu. Las primeras olas del tsunami se detectaron en varios puertos cercanos al epicentro, llegando a una altitud de 40 cm. En otras zonas, como el puerto de Miyazaki, se observó un tsunami de medio metro. Hasta el momento, se han reportado dos heridos leves a causa del temblor.
Las autoridades japonesas continuaban evaluando los daños personales y materiales causados por el terremoto. En algunas localidades se reportaron desprendimientos de rocas, postes eléctricos caídos y algunas casas antiguas de madera que se derrumbaron. Se suspendieron las líneas de trenes locales en Miyazaki y Kagoshima, y se cortaron tramos de autopistas para revisar su estado. Los operadores de centrales nucleares en la región informaron de que no se detectaron anomalías ni daños en los reactores de las centrales de Sendai e Ikata.
Residentes de las zonas afectadas compartieron en redes sociales imágenes de daños en comercios y viviendas a causa del terremoto. Se espera obtener más información sobre los daños en las próximas horas, especialmente con la llegada del día. Los expertos advierten de posibles réplicas en los próximos días y la Agencia Meteorológica de Japón ha alertado sobre la posibilidad de un futuro terremoto de mayor magnitud en la fosa de Nankai, una zona de alta actividad sísmica.
Japón se encuentra en el denominado Anillo de Fuego, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, por lo que los terremotos son relativamente comunes en el país. Las infraestructuras japonesas están especialmente diseñadas para resistir los temblores. La JMA ha solicitado extremar las precauciones y tomar medidas de prevención de desastres ante la posibilidad de un seísmo a gran escala en la fosa de Nankai. Es la primera vez que emiten una advertencia de esta naturaleza.
A pesar de los daños materiales, hasta el momento no se han reportado víctimas mortales a causa del terremoto y el posterior tsunami. Las autoridades continúan trabajando en la evaluación de los daños y en la atención a los heridos. Se espera que se siga monitoreando la situación en las próximas horas y que se tomen medidas para prevenir posibles desastres en el futuro. El pueblo japonés está acostumbrado a enfrentar estos fenómenos naturales y cuenta con la preparación necesaria para hacer frente a ellos de la mejor manera posible.