Durante el juicio penal en el que se enfrenta Donald Trump en Nueva York, el exabogado del expresidente, Michael Cohen, proporcionó pruebas que lo retratan como obsesionado con silenciar el escándalo con la actriz porno Stormy Daniels. Cohen afirmó que Trump priorizaba su carrera política sobre su matrimonio, expresando que quería ocultar el asunto hasta después de las elecciones de 2016. Alegó que la fijación de Trump por silenciar a Daniels era por la campaña y no por su esposa Melania.
Melania y Trump se conocieron en 1998 y se casaron en 2005, un año antes del supuesto encuentro con Daniels, que habría ocurrido cuando ella estaba embarazada. A pesar de la calma de Cohen, sus declaraciones provocaron negaciones enérgicas por parte de Trump durante el juicio. Cohen, condenado en 2018 por financiación ilícita de la campaña presidencial republicana, calificó como "catastrófico" que se revelara la supuesta relación entre Trump y Daniels, previendo el rechazo de las mujeres y una repercusión negativa en la campaña.
Trump acordó en 2016 con el abogado de Daniels sellar la historia por 130,000 dólares, pero el pago se posponía constantemente. Cohen detalló múltiples reuniones con el exdirector financiero de la Organización Trump para resolver el problema, proponiendo opciones como crear un evento para costearlo o vender la historia al tabloide The National Enquirer. Cohen adelantó el dinero y lo recibió a través de una empresa pantalla, presentando el pago como servicios legales.
La fiscalía también expuso que Cohen trabajó con el exeditor de The National Enquirer para adquirir derechos de exclusividad de escándalos extramaritales de Trump y favorecer la publicación de noticias positivas sobre él y negativas sobre sus rivales políticos. Cohen expresó su enojo por la cantidad de dinero que recibió por adelantar el pago, manifestando su descontento a Weisselberg. Estas revelaciones ponen en evidencia los métodos empleados por Trump para mantener su reputación durante la campaña presidencial de 2016.