Santo Domingo es una ciudad histórica llena de cambios y ruido, con cicatrices de su pasado en su urbanismo. En la década de los años 60, empezó su gran expansión, marcando la fisonomía de la ciudad. Rafael Tomás Hernández, arquitecto de 92 años, ha sido parte fundamental de esta transformación, participando en proyectos como el Mirador Norte, la Av. de los Reyes Católicos, y la Av. 27 de Febrero. Su principal interés ha sido la vivienda social, siendo parte de los proyectos esenciales que han dado forma al Santo Domingo actual, aunque se desligó del colegio tras un desagradable incidente.

En los años 60, con una concepción del urbanismo muy social, se llevaron a cabo grandes proyectos en Santo Domingo, motivados por el interés en la vivienda económica y la transformación de la ciudad. La intervención del antiguo Aeropuerto Andrews fue un ejemplo de un proyecto intuitivo liderado por Balaguer, que sorprendió a muchos. Rafael Tomás Hernández ha sido testigo de muchos cambios en la ciudad y de la implementación de proyectos urbanísticos sorprendentes.

La expansión de la ciudad ha sido un tema recurrente en la vida de Rafael Tomás Hernández, quien se muestra preocupado por el crecimiento y los cambios que han ocurrido en Santo Domingo. A pesar de algunos avances en organización y planificación, aún existen desafíos en términos de movilidad y planeamiento urbano centrado en las personas. Hernández destaca áreas como el parque del Mirador Sur como ejemplos de planificación exitosa en la ciudad.

A lo largo de su carrera, Rafael Tomás Hernández ha sido parte de numerosas obras que han transformado la ciudad, desde el Ensanche Luperón en 1957 hasta el Cementerio Cristo Redentor en 1992. Aunque se siente orgulloso de muchas de sus construcciones, su gran vocación ha sido la vivienda social, diseñando hogares pequeños pero confortables y seguros para familias necesitadas. Su enfoque visionario en la utilización de materiales innovadores lo han destacado en el campo de la arquitectura.

A pesar de su larga trayectoria y múltiples logros, Rafael Tomás Hernández destaca que su mayor proyecto y satisfacción personal son su familia y sus hijos, dos de los cuales trabajan en su estudio. Su compromiso con la vivienda social ha dejado un legado duradero en Santo Domingo, transformando la vida de miles de familias a través de proyectos innovadores y visionarios. Aunque los tiempos han cambiado y los precios han aumentado, el impacto de su trabajo en la ciudad perdura.

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