La decisión de escalar por la cara sur del Everest cambió el ánimo del grupo, pasando de la incertidumbre a la emoción. Tras una etapa de aclimatación escalando el Mera Peak, la tercera montaña más alta que había escalado en su vida, finalmente obtuvieron el permiso para ir al campamento base después de casi un mes de espera en Nepal. Volando en helicóptero hasta Lukla y luego a Pheriche, Thais Herrera vio por primera vez el majestuoso Everest y otras montañas impresionantes desde el aire.

Al llegar al campamento base, Thais Herrera se dio cuenta de que se encontraba en una pequeña ciudad rodeada de montañas nevadas y gigantescas. A pesar de la complejidad del entorno y los desafíos físicos y de adaptación a la altitud, el campamento base era una comunidad vibrante con diversas comodidades, desde carpas individuales con luz solar hasta áreas de descanso con libros y proyectores para películas. La espera en el campamento base antes de la ascensión al Everest incluyó actividades de entrenamiento, juegos de mesa, yoga y otras formas de pasar el tiempo de manera productiva.

Thais Herrera describió su rutina diaria en el campamento base, que incluía despertarse temprano para comunicarse con su familia en la República Dominicana, hacer agradecimientos, meditación y estiramientos, y luego unirse al grupo para desayunar con comida occidental. A pesar de la división entre alpinistas de la cara norte y sur del Everest, Thais intentaba interactuar con todos en el campamento base, conociendo a personas interesantes como un montañista con múltiples ascensos al Everest y un periodista ávido de historias.

Durante su estancia en el campamento base, Thais tuvo la oportunidad de reunirse con viejos amigos, hacer nuevos conocidos y compartir experiencias con personas de diferentes partes del mundo, como Ecuador y la Antártida. La diversidad de personalidades y experiencias en el campamento base enriqueció su experiencia en la montaña más alta del planeta y le permitió conectarse con otras personas apasionadas por el alpinismo y la exploración. A pesar de los desafíos que presentaba el Everest, Thais valoró la oportunidad de interactuar con una comunidad global de alpinistas y exploradores.

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