Un terremoto de magnitud 5.1 fue registrado aproximadamente a la 1:16 a.m. del lunes en el Pasaje de Mona, al oeste de Cabo Rojo. Residentes en Aguada, Añasco, Mayagüez e incluso en la República Dominicana reportaron sentir el temblor en redes sociales. La Red Sísmica de Puerto Rico indicó que la máxima intensidad se observó en Aguadilla, con el terremoto ocurriendo a una profundidad de 94 kilómetros. No se han emitido avisos de tsunami para Puerto Rico y las Islas Vírgenes después del sismo.

El alcalde de Cabo Rojo, Jorge Morales Wiscovitch, confirmó que no se reportaron daños en la ciudad como resultado del terremoto. Sin embargo, añadió que la municipalidad está preparada para responder a cualquier emergencia que pueda surgir. Por su parte, la gobernadora Wanda Vázquez instó a la población a mantener la calma y tomar precauciones ante posibles réplicas del terremoto en la región.

El Pasaje de Mona es una zona sísmicamente activa, por lo que los terremotos son comunes en la región. A pesar de ello, las autoridades locales han estado trabajando en planes de preparación y respuesta para minimizar el impacto de estos eventos en la población. La Red Sísmica de Puerto Rico continúa monitoreando la situación para detectar cualquier cambio en la actividad sísmica en la región.

La respuesta de la población en las redes sociales fue inmediata, con numerosos residentes compartiendo sus experiencias al sentir el temblor en diferentes partes de la isla. Muchos expresaron su preocupación por la posibilidad de réplicas y se ofrecieron consejos sobre cómo actuar en caso de un sismo mayor. La solidaridad y la comunicación fueron aspectos clave durante las horas posteriores al terremoto.

A pesar de la preocupación inicial, la situación en Puerto Rico se mantuvo relativamente estable después del terremoto. Las autoridades locales no reportaron daños graves en la infraestructura ni en las viviendas de la región afectada. Los protocolos de respuesta a emergencias se activaron rápidamente y se ofreció asistencia a aquellos que la necesitaran. La población se mantuvo alerta ante posibles réplicas, pero en general, la calma prevaleció en la isla.

El terremoto en el Pasaje de Mona sirvió como recordatorio de la importancia de la preparación y la respuesta ante desastres naturales. A pesar de la incertidumbre que pueden generar estos eventos, la coordinación entre las autoridades y la población es fundamental para garantizar la seguridad y el bienestar de todos. La información y la comunicación jugaron un papel crucial en la gestión de la situación, mostrando la importancia de estar informado y preparado en caso de futuros eventos sísmicos en la región.

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