Doce millones de escolares regresaron a las aulas en Francia en un nuevo curso que trae consigo varias novedades. Una de ellas es la prohibición de los teléfonos móviles en casi 200 escuelas secundarias, con la intención de expandir esta medida a todas las escuelas de enseñanza primaria y media para 2025. Además, se llevará a cabo un programa piloto de uniformes obligatorios en 90 centros educativos. Estas medidas buscan mejorar el ambiente de aprendizaje y reducir las distracciones tecnológicas.
Otra de las reformas educativas que se implementan este año en Francia son los denominados "grupos con necesidades", que separarán a los alumnos con bajo nivel para reforzar los conocimientos en francés y matemáticas. Además, se introducen nuevas evaluaciones nacionales en todos los niveles de la escuela primaria, con el objetivo de hacer un seguimiento más claro de las necesidades pedagógicas. Estas medidas han generado polémica, con sindicatos educativos convocando a una huelga el 10 de septiembre para protestar contra ellas.
La lucha contra el acoso escolar también es una prioridad en este nuevo curso, después de varios casos que acabaron en suicidios de estudiantes el año pasado en Francia. El primer ministro en funciones, Gabriel Attal, ha expresado su compromiso en combatir el acoso escolar y lanzó una campaña para concienciar sobre esta problemática. Attal visitó una escuela primaria para subrayar la importancia de este tema y personalidades como Antoine Griezmann han hecho llamamientos para actuar en casos de acoso escolar.
A pesar de las novedades y reformas educativas, este curso escolar en Francia se enfrenta a retos como la escasez de maestros, de sustitutos y a grupos demasiado grandes en muchos centros. El Gobierno sigue trabajando para garantizar que haya un profesor en cada clase y mejorar las condiciones de enseñanza. A pesar de las críticas y controversias, se busca mejorar la calidad educativa y asegurar un entorno seguro y propicio para el aprendizaje de los estudiantes en todo el país.