La propuesta de reforma a la Ley 16-92, que crea el Código de Trabajo, es valorada como pertinente por empresarios y representantes sindicales después de 32 años de haberse promulgado esta normativa y 14 años de debates sobre su actualización. La propuesta exhibe avances en los procedimientos que intervienen en las relaciones laborales y la flexibilización de las jornadas de trabajo, lo que podría impactar positivamente la competitividad. A pesar de no haber consenso sobre la cesantía, que es el principal punto discordante en el diálogo tripartito, se considera que es necesario tomar en cuenta estos aspectos.

El sector empresarial destaca la importancia de contar con jornadas laborales que se adapten a las necesidades de las empresas y a los nuevos tiempos en el mercado laboral. Esta adaptación se podría convertir en una conquista importante que beneficiaría la competitividad. Por otro lado, se menciona la mejora de los procedimientos vinculados a la relación de trabajo, lo que actualizaría prácticas, reportes y plazos, facilitando el cumplimiento de la ley, la medición y la conciliación. A pesar de estos avances, la falta de consenso sobre la cesantía sigue siendo un punto de conflicto en las negociaciones.

Algunos dirigentes empresariales consideran que la discusión sobre la cesantía no debería posponerse, ya que es un tema crucial que afecta el costo laboral de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). Proponen alternativas para hacer sostenible este derecho adquirido, como colocarle un tope al fondo de cesantía o convertirlo en un seguro de desempleo. Sin embargo, otros opinan que la cesantía debería tratarse como parte de la reforma a la seguridad social y no incluirse en la reforma laboral.

El sector sindical mantiene su postura de defender el derecho a la cesantía en las condiciones ya establecidas, argumentando que las empresas defienden su derecho al desahucio. Para el presidente de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS), la propuesta de reforma no es la ideal para ninguno de los sectores, pero es la más viable en las circunstancias actuales. Existe la intención por parte del sector empresarial de lograr consenso a través del diálogo tripartito en los próximos días.

Otras propuestas presentadas por el Gobierno incluyen la adición de un día de vacaciones a partir de los tres años de servicio y dos días adicionales a la licencia por paternidad. A pesar de considerarse como avances, algunos sectores los ven como insuficientes. La inclusión del trabajo doméstico en la reforma laboral se percibe como un primer paso para reconocer los derechos laborales de quienes se dedican a este trabajo, buscando su acceso al mercado formal sin distorsionar la economía.

Finalmente, existe preocupación por la proporción de empleados extranjeros en ciertos sectores, como la construcción, y se plantea la necesidad de regularizar esta mano de obra. Se destaca la importancia de buscar alternativas para sincronizar los aportes de la mano de obra extranjera y regularizar su situación. En resumen, la propuesta de reforma laboral en la República Dominicana busca actualizar y mejorar las condiciones laborales en el país, pero aún hay puntos de conflicto que requieren consenso y diálogo entre los sectores involucrados.

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