Un estudio científico realizado por la Universidad de Queensland reveló que las ballenas jorobadas que migran por la costa este de Australia fueron más felices durante el primer año de la pandemia de COVID-19. Esto se debe a las estrictas medidas de confinamiento que se aplicaron en el país oceánico, lo que disminuyó los factores de estrés ambiental en las ballenas. Las imágenes tomadas por drones y las muestras de grasa extraídas de varios ejemplares de ballenas jorobadas permitieron observar su condición corporal y reservas energéticas durante su migración anual.

Según el estudio, las concentraciones hormonales de cortisol y testosterona en la grasa de las ballenas fueron significativamente más bajas en 2021 en comparación con el año anterior. Esto indica una disminución del estrés ambiental durante ese período. Los investigadores sugieren que las medidas de confinamiento implementadas a nivel mundial, así como el fenómeno meteorológico de La Niña, contribuyeron a reducir el estrés en las ballenas jorobadas que transitaban por las aguas cercanas a la Isla North Stradbroke.

Los científicos también plantean la hipótesis de que las ballenas podrían haber estado respondiendo a una disminución de los contaminantes en sus remotas aguas de alimentación. Destacan la resiliencia de esta especie, que ha logrado una de las recuperaciones más exitosas después de décadas de caza de ballenas. Estudios previos en el lado opuesto del continente antártico también han registrado cambios similares en las hormonas del estrés en las ballenas, sugiriendo que este fenómeno podría haber sido generalizado en todo el Océano Austral.

La ballena jorobada, conocida también como yubarta, es un cetáceo de gran tamaño que puede llegar a pesar 40 toneladas y medir hasta 20 metros de longitud. La población de ballenas jorobadas en Australia cuenta con dos poblaciones migratorias que navegan por las costas este y oeste del país. Se estima que hay alrededor de 70,000 ejemplares en la región, un número que ha ido aumentando gracias a las medidas de protección implementadas para su conservación.

Los hallazgos de este estudio son importantes para comprender cómo factores externos, como la pandemia de COVID-19 y fenómenos climáticos como La Niña, pueden influir en la salud y bienestar de las ballenas jorobadas durante su migración anual. La investigación se basó en tecnología de drones y análisis genéticos de las concentraciones hormonales en la grasa de las ballenas, lo que permitió a los científicos obtener información valiosa sobre la fisiología y el estado de salud de estos majestuosos animales marinos.

En general, este estudio resalta la importancia de la conservación de las ballenas jorobadas y su hábitat marino, así como la necesidad de seguir investigando los efectos de factores ambientales y humanos en estas especies en peligro de extinción. La información obtenida a partir de esta investigación puede servir para implementar medidas de protección y manejo más efectivas para garantizar la supervivencia a largo plazo de las poblaciones de ballenas jorobadas en todo el mundo.

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