Ricardo "Rico" Carty falleció a los 85 años en un hospital de Atlanta, dejando atrás un legado en el béisbol dominicano y las Grandes Ligas. Conocido por su carisma y talento en el bateo, Carty es recordado por sus innumerables historias, incluyendo una pelea en un avión con Hank Aaron. Su sonrisa y sentido del humor escondían un temperamento fuerte que lo convirtió en uno de los mejores bateadores dominicanos de la historia.
Las condolencias por la muerte de Carty no han parado desde su fallecimiento, demostrando el respeto y cariño que se ganó durante su trayectoria. Equipos de béisbol como las Estrellas y Tigres del Licey rindieron homenaje a su memoria con un minuto de silencio. Personalidades como Pedro Martínez y organizaciones como los Bravos de Atlanta también expresaron sus condolencias por la pérdida de esta emblemática figura del béisbol dominicano.
Rico Carty jugó para múltiples equipos de las Grandes Ligas, incluyendo los Bravos de Atlanta, donde tuvo una destacada temporada en 1970 en la que fue líder de bateo de la Liga Nacional. A pesar de enfrentar diversas lesiones a lo largo de su carrera, Carty siempre demostró su capacidad para superar las adversidades y regresar al terreno de juego con un nivel competitivo. Su talento con el bate lo convirtió en uno de los cañoneros más destacados de su época.
En la Liga de Béisbol Profesional de República Dominicana, Carty dejó una marca al conectar 59 jonrones, un récord que se mantuvo vigente por varias décadas. Su carisma, amor por el béisbol dominicano y su entrega en cada juego lo convirtieron en un ídolo para generaciones de fanáticos. Además, su fallecimiento llega poco después de la partida de otro icono del béisbol dominicano, Osvaldo Virgil, lo que representa una pérdida significativa para deporte en el país.
La muerte de Rico Carty no solo representa la desaparición de un talentoso jugador de béisbol, sino también la pérdida de un ejemplo de resiliencia y determinación. Su legado trasciende las estadísticas y simboliza el espíritu competitivo y la pasión por el deporte en República Dominicana. Su partida deja un vacío en el béisbol dominicano, pero su memoria y sus logros seguirán vivos a través de las generaciones que lo recuerdan con cariño y admiración.