El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, se encuentra en paradero desconocido después de que su helicóptero realizara un aterrizaje forzoso en el noroeste de Irán, generando preocupaciones sobre su futuro político y la incertidumbre sobre quién lo sucedería en caso de su muerte. Según la Constitución de la República Islámica de Irán, en caso de fallecimiento, destitución, dimisión, ausencia o enfermedad prolongada del presidente, el vicepresidente primero asumiría el mando, con el consentimiento del Líder Supremo del país, Ali Jamení.

El actual primer vicepresidente de Irán es Mohammad Mokhber, de 68 años, quien ocupa el cargo desde 2021 y antes dirigió el conglomerado EIKO, por lo que está sancionado por Estados Unidos. En caso de que el presidente Raisí falleciera, se formaría un consejo integrado por el presidente del Parlamento, el presidente del Poder Judicial y el vicepresidente primero, quienes deberían organizar elecciones para elegir al nuevo presidente en un plazo máximo de 50 días, según la Constitución.

En caso de fallecimiento del vicepresidente primero o si el presidente careciera de uno, el Líder Supremo nombraría a otra persona para ocupar el cargo. La desaparición del presidente Raisí se produjo tras el aterrizaje forzoso de su helicóptero en la provincia de Azerbaiyán Oriental, en el noroeste de Irán. A pesar de los esfuerzos de más de 65 equipos de rescate, las difíciles condiciones climáticas han dificultado la búsqueda del aparato.

Ebrahim Raisí, de 63 años, es un clérigo religioso de línea dura que fue elegido presidente de Irán en 2021 en unas elecciones con baja participación. Durante su mandato, se ha intensificado la represión contra activistas, mujeres y críticos del régimen. En caso de que se confirme su fallecimiento, el proceso establecido por la Constitución deberá ser seguido para asegurar una transición política fluida en Irán.

La desaparición de Ebrahim Raisí ha generado incertidumbre sobre su futuro político y quién podría sucederlo en caso de su muerte. La Constitución de Irán establece un proceso claro para la sucesión presidencial en caso de un escenario como este, implicando la asunción del vicepresidente primero y la organización de elecciones en un plazo determinado. Por ahora, se espera que los esfuerzos de rescate logren localizar el helicóptero desaparecido y determinar el estado del presidente.

A pesar de la difícil situación en la que se encuentra Irán con la desaparición del presidente Raisí, el país sigue en búsqueda del aparato y de respuestas sobre su futuro político. Con la intensificación de la represión durante el mandato de Raisí, su eventual fallecimiento podría tener implicaciones significativas en el escenario político interno del país. La comunidad internacional estará atenta a los próximos acontecimientos y al proceso de sucesión que seguirá a esta crisis inesperada.

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