El Consejo de Seguridad de la ONU discutió la crisis en Haití, destacando la necesidad de controlar las armas, la falta de recursos económicos para mantener una misión internacional y la importancia de tomar medidas para controlar la violencia y restaurar el orden institucional. El Primer Ministro interino de Haití, Garry Conille, enfatizó la urgencia de abordar la violencia de las pandillas como prioridad para avanzar en proyectos económicos y políticos. También se resaltó la importancia de movilizar todos los recursos disponibles para que esta transición sea la última en el país.

En la reunión, se discutió la necesidad de contribuciones financieras para la misión de apoyo multinacional en Haití, con la representante de Estados Unidos anunciando una contribución de $309 millones para la fuerza policial internacional. También se hizo hincapié en la importancia de combatir el flujo ilícito de armas y municiones hacia Haití, con delegados instando a los Estados miembros a apoyar medidas para controlar este problema. Se destacó la llegada de un contingente de 200 policías kenianos como un paso positivo en la lucha contra las pandillas en el país.

María Isabel Salvador, Representante Especial del Secretario General de la ONU en Haití, acogió con satisfacción la formación de un Gobierno transitorio en el país y señaló que las elecciones llevarán a la instalación de autoridades electas a más tardar en febrero de 2026. También se discutió la renovación del mandato de BINUH, con representantes destacando la importancia de esta misión para garantizar la paz, estabilidad y desarrollo en Haití. Se resaltó la importancia de aumentar la participación de las mujeres en la transición del país.

Diversos representantes de países como Francia, Ecuador, Japón, y Rusia expresaron su apoyo a Haití y destacaron la importancia de fortalecer las instituciones democráticas, celebrando los avances en la gobernanza transicional del país. Se hizo hincapié en la necesidad de abordar las causas raíces de la crisis multidimensional en Haití y promover un proceso político liderado por el país. Se instó a aumentar el apoyo tangible, especialmente a través de contribuciones financieras al Fondo Fiduciario de la misión multinacional.

En general, se enfatizó la urgencia de abordar la crisis en Haití, incluyendo la violencia de las pandillas, la inseguridad alimentaria, la falta de recursos económicos y la necesidad de restaurar el orden institucional. Se destacó la importancia de fortalecer las instituciones democráticas, combatir la corrupción y la impunidad, y promover la participación de las mujeres en la transición del país. Se resaltó la importancia de apoyar a Haití en la preparación para un futuro más estable y próspero, incluyendo la celebración de elecciones libres y justas y la protección de los derechos humanos.

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