Anteriormente, la popularidad de las canciones se determinaba por el posicionamiento en el "hit parade", como el de la revista Galería que se publicaba los domingos en un periódico y que se titulaba "Las Favoritas de la Semana". Esta lista era la más influyente en ese momento, ya que incluso en la emisora "La Mega" de Nueva York solo programaban merengues que estuvieran en esa lista. Los artistas sentían mucha presión por aparecer en ella, lo que marcaba su éxito.

Sin embargo, este sistema ha desaparecido con el tiempo y ha sido reemplazado por plataformas digitales como Spotify. Estas plataformas ofrecen a los usuarios la posibilidad de ver la popularidad de cada artista y cómo se encuentran en comparación con otros. Por ejemplo, Los Toros Band tienen 1.2 millones de seguidores, Héctor Acosta 1.7 millones, Sergio Vargas 1.7 millones, Alá Jazá 1.8 millones, Los Rosario 1.8 millones, Toño Rosario 554 mil oyentes, Eddy Herrera 3 millones mensuales y Omega 4.4 millones. Esto se basa en el sistema que mide las reproducciones de los artistas y se actualiza mensualmente.

Estas plataformas digitales han revolucionado la forma en que se mide la popularidad de los artistas y cómo se consumen las canciones en la actualidad. Ahora, los usuarios pueden ver de manera instantánea el alcance de cada artista y compararlos entre sí en tiempo real. Esto ha cambiado la industria musical de manera significativa y ha permitido una mayor transparencia en cuanto a la popularidad de los artistas.

Además, la competencia en estas plataformas es feroz, ya que los artistas buscan aumentar su número de seguidores y reproducciones para mantenerse relevantes en la escena musical. Esto ha llevado a un mayor enfoque en la calidad de la música y en la estrategia de promoción para destacar en un mar de opciones. Los artistas ahora deben adaptarse a esta nueva era digital si quieren mantenerse en la cima de la industria musical.

En resumen, la evolución de la medición de la popularidad de las canciones ha pasado de los "hit parade" en revistas a plataformas digitales como Spotify, donde los usuarios pueden acceder instantáneamente a la popularidad de los artistas y compararlos entre sí. Esto ha cambiado la forma en que se consume y se promociona la música, creando una competencia feroz entre los artistas por obtener más seguidores y reproducciones. La transparencia y la inmediatez que ofrecen estas plataformas han revolucionado la industria musical y han obligado a los artistas a adaptarse a esta nueva manera de medir su éxito.

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