Los Ángeles se está preparando para albergar los Juegos Olímpicos de 2028, enfrentándose al desafío de convertirse en una ciudad libre de automóviles. La alcaldesa Karen Bass ha prometido llevar a cabo esta titánica labor, a pesar de que el vehículo particular es una herramienta indispensable en una ciudad con una población de más de 3,8 millones y un sistema de transporte público en desarrollo. Sin embargo, parte de la población angelina se ha acostumbrado a depender del automóvil para desplazarse, lo que complicará la transición hacia un transporte público más sostenible.
La ciudad lleva años preparándose para eventos deportivos importantes, como el Mundial de 2026 y la Super Bowl de 2027, lo cual ha presionado para que el transporte público se amplíe y se convierta en una alternativa real. Sin embargo, Los Ángeles está diseñada para que el automóvil sea el medio más eficiente, lo que dificulta el fomento del uso del transporte público. Los planificadores de transporte están buscando expandir el sistema ferroviario en la ciudad como una forma de dar respuesta a la demanda de movilidad durante los Juegos Olímpicos.
Los Juegos Olímpicos de 1984 en Los Ángeles sirven como precedente para la ciudad en cuanto a la organización de eventos deportivos de gran magnitud. En aquella época, el alcalde Tom Bradley implementó un robusto sistema de autobuses para abordar el transporte temporal de los espectadores. Desde entonces, la ciudad ha venido ampliando su red de transporte público, incluyendo un sistema ferroviario y de metro más extenso. A pesar de estos avances, la extensión de la red de transporte público sigue siendo un desafío debido a la distribución de las sedes olímpicas en diferentes partes de la ciudad.
La promesa de la alcaldesa Karen Bass de emular el modelo de transporte implementado por Bradley en 1984 se ve amenazada por el reto de su reelección. Si Bass no logra ser reelegida en las elecciones de 2026, su promesa de una ciudad libre de autos podría no cumplirse. A pesar de los avances en la red de transporte público de Los Ángeles, aún queda mucho trabajo por hacer para asegurar que la ciudad esté preparada para albergar los Juegos Olímpicos de 2028. La presión de eventos deportivos futuros ha impulsado a la ciudad a buscar soluciones innovadoras para garantizar la movilidad durante los juegos.
En resumen, Los Ángeles se enfrenta a un desafío importante en su camino hacia convertirse en una ciudad sin automóviles para los Juegos Olímpicos de 2028. A pesar de los avances en su red de transporte público, la dependencia del automóvil por parte de la población y la distribución de las sedes olímpicas en diferentes partes de la ciudad representan obstáculos significativos. La alcaldesa Karen Bass se ha comprometido a emprender esta tarea, pero su reelección y la continuidad de su administración podrían ser determinantes para el éxito de esta iniciativa.