La propuesta de reforma fiscal reciente de la administración del presidente Luis Abinader ha provocado protestas generalizadas en la República Dominicana. Ciudadanos y diversos grupos sociales están expresando su descontento con el Proyecto de Modernización Fiscal a través de acciones organizadas, incluido un cacerolazo, donde la gente golpea sartenes en protesta. En la noche del domingo, barrios como Bella Vista, Evaristo Morales y Naco en el Distrito Nacional experimentaron estas protestas.

La protesta, iniciada en redes sociales y otras plataformas, instó a los ciudadanos a unirse haciendo ruido a las 8 p.m. para expresar su oposición al proyecto de ley. El Proyecto de Modernización Fiscal del Gobierno tiene como objetivo aumentar los ingresos fiscales estatales, que se destinan a financiar inversiones públicas en transporte, salud, seguridad y apoyo a poblaciones vulnerables. Sin embargo, la reforma ha enfrentado críticas de aquellos preocupados por sus posibles impactos.

Las protestas en la República Dominicana están lideradas por ciudadanos preocupados por el impacto que la reforma fiscal propuesta podría tener en su vida diaria y en la economía del país. Algunos como el movimiento ciudadano Marcha Verde han manifestado su rechazo a la reforma, argumentando que afectará negativamente a los sectores más vulnerables de la población. Otros grupos, como las asociaciones de pequeñas y medianas empresas, también han expresado su oposición a la medida.

La oposición a la reforma fiscal tiene lugar en un contexto de crisis económica agravada por la pandemia de COVID-19, lo que ha llevado a un aumento del desempleo y la precariedad laboral en el país. Muchos temen que la propuesta de reforma aumente la carga impositiva para la población y las empresas, lo que podría tener efectos negativos en la recuperación económica del país. Por lo tanto, las protestas buscan generar conciencia sobre estas preocupaciones y presionar al gobierno para que reconsidere la medida.

La respuesta del gobierno a las protestas ha sido mixta, con algunos miembros de la administración defendiendo la necesidad de aumentar los ingresos fiscales para financiar el gasto público y otros mostrando disposición a dialogar con los manifestantes. El presidente Abinader ha declarado que está abierto a discutir posibles modificaciones al Proyecto de Modernización Fiscal, siempre y cuando se garantice la sostenibilidad fiscal del país. Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro de la reforma fiscal continúa alimentando la protesta.

En última instancia, la protesta contra la reforma fiscal en la República Dominicana refleja las tensiones y preocupaciones de una sociedad que enfrenta desafíos económicos y sociales significativos. La movilización ciudadana es un recordatorio de la importancia de la participación cívica y la vigilancia en la defensa de los derechos y los intereses de la población. A medida que la discusión sobre la reforma fiscal continúa, queda por verse cómo se desarrollarán las próximas acciones y si el gobierno tomará en cuenta las demandas de los manifestantes.

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