Las compañías J&N Records, LLC; J&N Publishing, LLC; 829Music Mundial, LLC y Mayimba Music, Inc. han demandado a Luis Alfredo Silverio, también conocido como Luigui Bleand, presidente ejecutivo de Harley Boys Entertainment, por presunto fraude en un caso de infracción de derechos de autor en perjuicio de las empresas demandantes. Se alega que Bleand ha licenciado grabaciones de sonido no autorizadas a terceros a lo largo de varias décadas a través de entidades corporativas diferentes, entregándolas a Distribuidores Digitales que las proporcionan a plataformas de streaming y tiendas digitales. Además, se afirma que ha registrado composiciones de manera fraudulenta en sociedades de autor y ha licenciado obras que no le pertenecen, sin rendir cuentas ni pagar a los compositores legítimos.

La demanda detalla un presunto abuso que ha durado años, en los cuales Bleand ha movido su catálogo de un distribuidor digital a otro tras ser descubierto. Tras un acuerdo con ADA Latin y Warner Latina para liberar a Warner de la denuncia, Bleand se mudó a un distribuidor digital en Inglaterra, Ditto Ltd., y ha seguido publicando contenido no autorizado en violación a los derechos de los demandantes. Se menciona un caso específico en el cual Bleand licenció una cinta maestra de 829Music Mundial a un sello discográfico en España sin tener ninguna conexión con la misma. Los demandantes han encontrado obstáculos al intentar identificar al infractor, ya que los Distribuidores Digitales a menudo se niegan a divulgar información sobre sus clientes.

Después de presentar la demanda, los demandantes fueron contactados por Sound Royalties, una empresa que ofreció financiamiento a Bleand y recuperaría la suma de $750,000 de las regalías de Warner. Los demandantes se opusieron a la participación de Sound Royalties en la acción legal. La denuncia también menciona que Bleand, a través de su empresa Renegade US, Inc., licenció obras de J&N Publishing a The Orchard Publishing, las cuales fueron atribuidas incorrectamente a otro artista. Los demandantes han tenido dificultades para persuadir a los distribuidores digitales a eliminar el catálogo infractor de Bleand, lo que los ha llevado a buscar recursos legales para defender sus catálogos.

La transición de la distribución de música de formato físico a digital ha dejado atrás ciertas salvaguardias importantes, ya que los distribuidores digitales han eliminado gran parte de la debida diligencia necesaria para proteger los derechos de autor. Algunos distribuidores permiten subir contenido con un solo clic, lo que facilita a posibles infractores cargar contenido no autorizado y falsificar metadatos. Se espera que la exposición de estos casos conducirá a una mayor protección para los titulares de derechos y a una mayor responsabilidad por parte de los distribuidores digitales en el negocio de la música. Las empresas demandantes buscan justicia y proteger sus derechos en medio de un contexto de fraudes y abusos en la industria musical.

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