La ONU alerta sobre el aumento de la obesidad en el mundo, pronosticando que para el 2030 habrá más de 1.200 millones de adultos obesos. Los casos de obesidad han aumentado del 12,1% en 2012 al 15,8% en 2022 a nivel mundial, según el informe "Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo". Este informe fue presentado en Río de Janeiro durante las reuniones ministeriales del G20.
Las cinco agencias involucradas en el estudio (FAO, FIDA, OMS, PMA y Unicef) también señalaron la coexistencia de la desnutrición junto con el sobrepeso y la obesidad en el planeta. Aunque la desnutrición ha disminuido en las últimas dos décadas, la obesidad ha aumentado significativamente. El economista jefe de la FAO, Máximo Torero, destacó que los indicadores de sobrepeso y obesidad están creciendo a una velocidad mayor, lo que subraya la necesidad urgente de intervenciones específicas.
Las agencias de la ONU afirmaron que el mundo no está en camino de alcanzar ninguna de las siete metas mundiales de nutrición para el 2030. Estos objetivos incluyen reducir en un 40% el número de niños menores de 5 años con retraso en el crecimiento, disminuir en un 30% el bajo peso al nacer y no aumentar el porcentaje de niños con sobrepeso. Se hace hincapié en la importancia de implementar intervenciones específicas para abordar este problema de salud.
Detrás de la malnutrición, la ONU identifica una combinación de factores, incluyendo la inflación persistente de los precios de los alimentos, que se ha intensificado debido a la pandemia de COVID-19 y la invasión militar rusa en Ucrania. Esta situación ha erosionado los beneficios económicos de muchas personas en varios países, lo que agrava el problema de la obesidad a nivel mundial. Es necesario abordar estas causas subyacentes para combatir eficazmente el aumento de la obesidad.
Para enfrentar el problema de la obesidad a nivel global, es fundamental implementar políticas y programas específicos que promuevan una alimentación saludable y la actividad física. La ONU insta a los gobiernos y a la sociedad en general a tomar medidas concretas para prevenir la obesidad y sus impactos en la salud pública. Es importante concientizar a la población sobre los riesgos asociados con la obesidad y promover hábitos de vida saludables para frenar su crecimiento desmedido en todo el mundo.
En conclusión, el aumento de la obesidad a nivel mundial es un problema de salud pública que requiere una acción urgente y coordinada por parte de los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad en su conjunto. Es fundamental abordar las causas subyacentes de la obesidad y promover estilos de vida saludables para prevenir su propagación y reducir sus impactos en la salud de la población. Con un enfoque integral y colaborativo, es posible combatir eficazmente este problema y mejorar la salud y el bienestar de las personas en todo el mundo.