Una reforma fiscal integral propuesta por el vocero del bloque de senadores del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Alexis Victoria Yeb, permitiría al gobierno eliminar privilegios desproporcionados, aumentar la recaudación de impuestos de manera justa y equitativa, y tener un sistema tributario más eficiente. También ayudaría a eficientizar el gasto público e implementar políticas en beneficio de los más necesitados, ya que actualmente la dependencia de fuentes de financiamiento externo y la evasión fiscal limitan la capacidad del gobierno para invertir en proyectos de desarrollo y programas sociales.
Victoria Yeb destacó la urgente necesidad de llevar a cabo una reforma fiscal integral para abordar los desafíos económicos y sociales del país, así como para promover un desarrollo sostenible y equitativo. La reforma es esencial para mejorar la eficiencia del gasto público, corrigiendo deficiencias en la asignación y ejecución de recursos que afectan la calidad de los servicios básicos y el impacto de las políticas públicas. Esta reforma fue postergada por administraciones anteriores, priorizando temas electorales en lugar de pensar en futuras generaciones.
El presidente Luis Abinader es elogiado por su liderazgo al considerar una reforma fiscal integral a pesar del posible costo político que esto conlleve. Se avoca a iniciar un amplio proceso de consultas y discusiones con todos los sectores de la vida nacional para llevar a cabo la reforma, mostrando valentía y determinación en sus esfuerzos por mejorar las condiciones de vida de la población. Se pide a los dominicanos respaldar al presidente en estos esfuerzos por reformar el sistema tributario y mejorar la calidad de vida de la población, redirigiendo recursos hacia sectores prioritarios como la educación, la salud y la infraestructura.
La reforma fiscal permitiría identificar áreas de gasto ineficiente y redirigir recursos hacia sectores prioritarios, fortaleciendo la capacidad del Estado para generar ingresos de manera sostenible. Se destaca la importancia de eliminar privilegios fiscales desproporcionados y establecer un sistema tributario más equitativo, donde todos los contribuyentes cumplan con sus obligaciones de manera justa y proporcional según su capacidad económica. Además, una reforma bien diseñada puede impulsar la competitividad de las empresas, estimular la creación de empleo y generar un círculo virtuoso de desarrollo económico.
Entre los beneficios de la reforma fiscal se encuentran el aumento de los ingresos fiscales, el estímulo a la inversión y al crecimiento económico, la reducción de la dependencia de la deuda externa, la promoción de la equidad y la inclusión social, y el fortalecimiento de la capacidad del Estado para generar ingresos de manera sostenible. Se considera que esta reforma es crucial para mejorar el clima de inversión, fomentar un crecimiento económico sostenible y transparentar el sistema fiscal con reglas claras y predecibles que generen confianza en los inversionistas.