Los microplásticos están presentes en todos los rincones del planeta, desde el hielo antártico hasta los seres humanos. Un estudio de la Universidad de Leicester encontró que los plásticos de colores brillantes se fragmentan a un ritmo más rápido que otros debido a los colorantes incorporados en su formulación. Los colores rojo, verde y azul se degradan más rápidamente en comparación con los colores negro, blanco y plateado, lo cual afecta su estabilidad y resistencia a la radiación ultravioleta.

Los investigadores realizaron estudios que demostraron la importancia del color en la degradación de los plásticos. Tapas de botellas de diferentes colores expuestas a la intemperie durante tres años mostraron que los colores oscuros resisten mejor la degradación que los colores brillantes. Esto sugiere que el diseño de objetos plásticos debe considerar la durabilidad del material y la probabilidad de que se conviertan en desechos, evitando colores como el rojo, verde y azul para objetos expuestos a la luz solar.

Los plásticos diseñados para descomponerse deben tener en cuenta el papel que puede jugar el color en este proceso, utilizando aditivos adecuados. Para los objetos de corta vida, como envoltorios y tapas de botellas, es recomendable evitar el color negro, ya que esto puede hacer que sean más perdurables. El estudio también señala que los microplásticos, al ser parte de la cadena alimentaria, pueden tener un impacto negativo en la salud humana al afectar el sistema endocrino y estar relacionados con enfermedades como el cáncer y enfermedades coronarias.

En resumen, los microplásticos están presentes en todo el planeta y se encuentran en lugares inesperados como los testículos humanos. Los plásticos de colores brillantes se fragmentan más rápidamente debido a los colorantes en su formulación. Los colores rojo, verde y azul se degradan más rápidamente que los colores oscuros, lo que afecta su estabilidad y resistencia a la radiación ultravioleta. El diseño de objetos plásticos debe considerar la durabilidad del material y evitar colores brillantes para objetos expuestos a la luz solar.

Los plásticos diseñados para descomponerse deben tener en cuenta el color y los aditivos utilizados en su fabricación. Los objetos de corta vida, como envoltorios y tapas de botellas, deben evitar el color negro para prolongar su durabilidad. Los microplásticos pueden tener un impacto negativo en la salud humana al ser parte de la cadena alimentaria y estar relacionados con problemas de salud como el cáncer y enfermedades coronarias. Es importante repensar el diseño de los plásticos y considerar el impacto de los colorantes en su degradación para reducir su presencia en el medio ambiente y en nuestra salud.

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