La anunciada nueva candidatura del expresidente de Bolivia, Evo Morales, para 2025 ha generado divisiones en el partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS). Los seguidores de Morales han emplazado al Tribunal Supremo Electoral (TSE) a reconocer un congreso partidario en el que lo proclamaron como su candidato único. Además, amenazan con bloqueos de carreteras si no se aprueba esta decisión, lo que podría derivar en conflictos en el país.

La habilitación de la candidatura de Morales sería su sexta postulación presidencial en su carrera política. Su primera candidatura fue en 2002, donde quedó en segundo lugar y posteriormente en 2005, tras la renuncia del presidente de la Corte Suprema de Justicia. Desde entonces, Morales ha sido reelegido en varias ocasiones, incluso ante cuestionamientos sobre la reelección indefinida y el límite constitucional de dos mandatos consecutivos.

A pesar de los límites establecidos por la Constitución y las denuncias de fraude electoral en las elecciones de 2019, Morales logró ser proclamado ganador. Sin embargo, renunció a la Presidencia alegando ser víctima de un golpe de Estado, lo que provocó la anulación de las elecciones y la posterior victoria de Luis Arce en 2020. Desde entonces, ha habido tensiones internas en el MAS y recientes decisiones del Tribunal Constitucional Plurinacional complican la situación.

El congreso en el que se proclamó a Morales como candidato para 2025 no es reconocido por el órgano electoral, que insta a ambas facciones oficialistas a llegar a un consenso para renovar la dirección nacional del partido. El Gobierno de Arce se opone a la habilitación de Morales basándose en resoluciones judiciales y la Constitución, lo que ha generado un enfrentamiento entre líderes y seguidores del MAS.

La posibilidad de una sexta candidatura de Morales ha polarizado aún más la política boliviana, con sectores a favor y en contra de su postulación. La amenaza de bloqueos de carreteras y la presión de los seguidores del expresidente podrían generar un nuevo escenario de conflicto en el país, afectando la estabilidad política y social. La decisión final sobre la candidatura de Morales recae en el Tribunal Supremo Electoral y sus implicaciones siguen siendo inciertas.

El futuro político de Bolivia se ve marcado por la incertidumbre y la división en el MAS, el principal partido político del país. Con Morales presionando por una nueva candidatura y el Gobierno de Arce oponiéndose, la situación se torna cada vez más tensa. La resolución de este conflicto interno tendrá repercusiones a nivel nacional y podría afectar la estabilidad política en Bolivia en los próximos años.

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