En República Dominicana, la abstención en las elecciones presidenciales ha ido en aumento durante el primer cuarto del siglo XXI. En las elecciones más recientes, la abstención alcanzó el 44.71% en 2020 y el 45.63% en 2024. A pesar de que el número de personas habilitadas para votar aumentó en 2024 a 8,145,548, el número de sufragios emitidos solo llegó a 4,429,079.
La apatía política es una de las principales razones por las cuales los ciudadanos dominicanos no acuden a las urnas para elegir a sus gobernantes. Según el sociólogo Joel Arboleda, una posible explicación es que no se percibe una situación relevante para la sociedad en las elecciones. Además, el cambio generacional y la desconexión entre lo que proponen los políticos y los intereses de la población pueden influir en la falta de participación electoral.
La falta de confianza en los políticos y el sistema político también puede ser un factor que contribuye a la abstención en República Dominicana. A lo largo de los años, ha habido una creciente apatía y falta de credibilidad en América Latina, lo cual requiere una profunda reflexión por parte de los políticos. El politólogo David Brito señala que la ausencia de la opción de voto en blanco en el sistema dominicano también puede desmotivar a los votantes.
En el caso de los dominicanos que viven en el exterior, la falta de organización y facilidades para ejercer su derecho al voto puede ser un obstáculo para su participación en las elecciones. Más del 82% de los dominicanos en el extranjero optaron por no votar en las elecciones más recientes. En cuanto a las provincias fronterizas, estas presentan niveles más bajos de abstención debido a la homogeneidad y control social presentes en comunidades más pequeñas.
La consecuencia de la creciente abstención en República Dominicana podría derivar en la aparición de figuras mesiánicas y movimientos populistas, lo cual podría poner en riesgo la democracia. Es fundamental que el gobierno logre generar credibilidad, transparencia y honestidad para motivar la participación en los procesos electorales y prevenir la llegada de gobiernos totalitarios. En este sentido, es necesario incentivar la confianza de la población en el sistema político y en sus representantes para garantizar la estabilidad democrática del país.