En el sector deportivo, la discreción y la prudencia son virtudes importantes, pero algunos dirigentes falsos han surgido buscando atención pública y sin respetar el juego limpio. Se advierte a Diego Pesqueira de estos dirigentes deshonestos.

El autor afirma que respaldó a Diego Pesqueira para que fuera presidente de la Abadina y que ha hecho un excelente trabajo en la entidad, siendo un trabajador incansable y dedicado a los niños, jóvenes y adolescentes que practican baloncesto.

A pesar de los éxitos de los torneos superiores, se menciona que algunos miembros del ejecutivo de la Abadina se benefician desmedidamente al visitar a los empresarios. El autor, con experiencia como presidente de la entidad en tres ocasiones, destaca la importancia de tener tacto para distinguir la verdad en medio de las mentiras que rodean los torneos superiores.

Se advierte sobre un grave error que Diego Pesqueira está a punto de cometer, que involucra quitar la franquicia de baloncesto al Club Los Prados, una institución con 56 años de fundación y gran relevancia en el ámbito político, social y deportivo del país. El Club Los Prados ha tenido la franquicia de baloncesto durante 34 años, con un historial limpio y ético en la Abadina.

Ante la posibilidad de un conflicto legal grave si se procede con la quita de la franquicia al Club Los Prados, se insta a Diego Pesqueira a ser cuidadoso y a no dejarse influenciar por intereses ajenos. Se destaca que la Abadina tiene compromisos de franquicia con otros clubes, por lo que es importante revisar los criterios para facilitar la entrada de nuevos clubes.

Se hace hincapié en la importancia de alejarse de los intereses personales y corruptos de algunos miembros de la Abadina, conocidos como los "Tartufos", y en la necesidad de mantener la integridad y la transparencia en la gestión deportiva. Diego Pesqueira debe evitar cometer errores que puedan afectar su reputación y la imagen de la Abadina en el futuro.

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