Un grupo de peregrinos de la provincia de El Seibo llegó al Palacio Nacional después de cinco días caminando para reclamar al presidente Luis Abinader los terrenos de la comunidad La Culebra, San Francisco-Vicentillo. Se esperaba que fueran recibidos por representantes del gobierno, ya que están en su tercer viaje y exigen soluciones a problemas que han enfrentado durante años. Durante su trayecto, fueron custodiados por la policía y recibieron apoyo en el Parque Enriquillo en Villa Francisca antes de continuar hacia el Palacio.
Los peregrinos se sentaron en las calles frente al Palacio Nacional en la plazoleta del edificio de oficinas públicas Profesor Juan Bosch para reclamar los terrenos. La Asociación de Campesinos Mamá Tingó, integrada por 600 familias que han heredado las tierras por más de 100 años, lidera esta lucha. Estas familias han crecido en esas tierras, pasando de generación en generación, y ahora, incluso a los 80 años, no les impide caminar 160 kilómetros en su convicción de luchar por lo que les pertenece.
Estas tierras se encuentran en el paraje La Culebra del distrito municipal San Francisco de Vicentillo, en la provincia de Hato Mayor/Seibo. En 1975, el presidente Joaquín Balaguer declaró estos terrenos como de utilidad pública, con más de veinte mil tareas de tierra muy productivas. Sin embargo, la presencia de un denso bosque y varios ríos, incluido el Brazo Azul, atraía frecuentes lluvias y dificultaba el acceso a la zona. Los campesinos de El Seibo están decididos a luchar por lo que consideran justo.
Los peregrinos han recorrido un largo camino desde El Seibo para llegar al Palacio Nacional y hacer su reclamo al presidente Abinader. A pesar de las dificultades y los años de enfrentar problemas con sus tierras, siguen con fuerza y determinación. Durante su camino, recibieron apoyo de otras organizaciones y siguieron adelante con su objetivo. La lucha por la tierra en La Culebra es una batalla que lleva años y que las familias campesinas de El Seibo están dispuestas a seguir adelante.
La presión de los campesinos de El Seibo ha llevado a que su protesta se haga escuchar en el Palacio Nacional, buscando una solución a los problemas que han enfrentado durante tanto tiempo. A pesar de las dificultades, los peregrinos continúan su lucha con determinación, sabiendo que están respaldados por generaciones de campesinos que han trabajado esas tierras. Su viaje hacia el Palacio Nacional es un paso más en su lucha por justicia y por lo que consideran su derecho legítimo. Es un momento de unidad y solidaridad entre las familias de El Seibo en su búsqueda de soluciones a sus problemas.