Paula Santana, una joven que estudiaba para ser azafata, fue violada, asesinada y abandonada en una alcantarilla mientras trabajaba en la empresa Integer Holdings Corp. Durante su tiempo en la empresa, Paula denunció un presunto acoso por parte de un compañero, pero las autoridades de la empresa no tomaron medidas al respecto. Trabajaba de noche y dormía durante el día para poder estudiar y cumplir con sus responsabilidades laborales. El caso ha sido archivado y la justicia dominicana no ha logrado esclarecer los hechos.
El día de su asesinato, Paula llegó a trabajar como de costumbre a las 11:00 p.m. y fue la última vez que la vieron con vida cuando salió al baño alrededor de la 1:30 a.m. Su cuerpo fue encontrado en una alcantarilla de la empresa con signos de violencia, incluyendo violación y estrangulamiento. A pesar de las investigaciones de la Policía Nacional, los responsables del crimen siguen en libertad debido a la falta de pruebas concluyentes.
El principal sospechoso inicial, Santos Manuel de Jesús Rosso, fue desvinculado del caso al no encontrarse evidencia en su contra. Dos empleados de Integer Holdings Corp, Joaquín Alexander Hidalgo y Álex Elvin Cruz, estaban ausentes de sus puestos de trabajo la noche del asesinato y fueron considerados como sospechosos. Sin embargo, también fueron liberados por falta de pruebas. La empresa fue sancionada por faltas graves en seguridad laboral.
Después de seis meses de investigación, la familia de Paula sigue sin respuestas sobre quiénes son los responsables de su muerte. La falta de justicia y la impunidad de los asesinos han llevado a la familia a mantener silencio público. El abogado de la familia ha expresado su descontento con la resolución del Ministerio Público, que archivó el caso por falta de pruebas contundentes. La incapacidad de la justicia para resolver este crimen pone en entredicho la eficacia de las investigaciones en la República Dominicana.
El caso de Paula Santana es un ejemplo de la falta de protección a los trabajadores y la impunidad que prevalece en casos de violencia de género en el país. A pesar de las evidencias en las cámaras de seguridad de la empresa, no se han logrado identificar a los responsables del asesinato. La familia espera que la justicia pueda finalmente encontrar a los culpables y brindarles la debida condena por sus acciones.
El 21 de febrero, Paula Santana fue privada de su vida de forma brutal y cruel, dejando a su familia en busca de respuestas y justicia. La negligencia de la empresa y las autoridades encargadas de la investigación han permitido que los culpables sigan en libertad, sin pagar por sus acciones. En un país donde la violencia de género sigue siendo un problema grave, casos como el de Paula ponen en evidencia la urgencia de mejorar los mecanismos de protección y justicia para las víctimas.