Alejandra Marisa Rodríguez, una mujer de 60 años, vio como sus aspiraciones de convertirse en la concursante de Miss Universo de mayor edad en la historia se desvanecían en un mar de lentejuelas y selfies en el concurso anual de belleza de Argentina. A pesar de no lograr la corona de Miss Argentina, Rodríguez se llevó el título de “mejor rostro”, una de las varias categorías del concurso. Su victoria en Miss Buenos Aires generó gran atención de los medios internacionales y la llevó a la fama local.

En un gesto de desafío a la discriminación por edad en un mundo obsesionado por la juventud, Rodríguez agradeció a quienes celebraron su éxito en el concurso de Miss Buenos Aires. Después de que Miss Universo eliminara el límite de edad, la abogada de La Plata se convirtió en una sensación mediática, dando consejos sobre cremas hidratantes y demostrando que la edad es solo un número. Su participación en el concurso fue una aventura inesperada que abrió nuevas puertas para muchas personas.

En la parte del traje de baño en Miss Argentina, Rodríguez optó por un modesto traje de una pieza, mientras que Magali Benejam, una actriz y modelo de 29 años, impresionó a los jueces con un diminuto bikini azul y tacones altos. Benejam fue coronada como Miss Argentina y representará al país en la competencia internacional en Ciudad de México en noviembre. La victoria de Benejam fue posible gracias a que este año, por primera vez en la historia del concurso, se eliminó el límite de edad para las participantes.

El concurso de Miss Universo ha experimentado una serie de cambios en respuesta a las críticas feministas y a la evolución de la cultura. Durante décadas, se describió como un espectáculo de veinteañeras solteras que competían en base a su apariencia y personalidad. Sin embargo, los organizadores han buscado modernizar el concurso eliminando los requisitos de elegibilidad controvertidos y destacando valores como la empatía y la autenticidad como ideales femeninos.

A pesar de la admiración por la valentía de Rodríguez al competir a los 60 años, algunas mujeres cuestionaron si estaba estableciendo un estándar poco realista para las mujeres mayores. Su apariencia juvenil y esbelta la hizo mezclarse con las concursantes más jóvenes en el escenario, generando debate sobre la presión para lucir jóvenes a una edad avanzada. Algunos consideran que esto puede ser un mensaje negativo para otras mujeres mayores que no se sienten obligadas a cumplir con ciertos estándares de belleza.

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