El ascenso de las bandas haitianas comenzó entre 2018 y 2019 en medio de protestas antineoliberales, especialmente contra el aumento de los precios del combustible, según el sociólogo e historiador Lautaro Rivara. Rivara explicó que los grupos criminales adquirieron un importante control territorial durante este período, fortalecidos por la participación extranjera, incluidos marines estadounidenses, mercenarios y operativos de países como Serbia que introdujeron armas avanzadas y tecnología.
Rivara señaló que estas fuerzas externas facilitaron la organización y empoderamiento de las bandas, uniendo grupos anteriormente antagónicos bajo un liderazgo centralizado. Destacó que las armas de fuego utilizadas por las bandas haitianas son exclusivamente de fabricación estadounidense, ingresando a Haití a través de puertos en Florida. En la actualidad, las bandas controlan el 80-85% del territorio haitiano, incluyendo gran parte de Puerto Príncipe, creando una grave crisis. Rivara caracterizó esto como un fenómeno paramilitar, un instrumento para el control territorial raramente visto en la región.
Para abordar la crisis, Rivara aboga por soluciones internas centradas en restablecer la legitimidad democrática a través de elecciones y combatir las bandas con recursos nacionales. Hizo hincapié en que el progreso sostenible requiere depender de iniciativas lideradas por haitianos en lugar de intervenciones externas.

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