El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, mostró su solidaridad con su homólogo de Venezuela, Nicolás Maduro, debido a la confiscación del avión oficial del mandatario venezolano por parte de las autoridades de Estados Unidos, basada en las sanciones aplicadas por Washington a Caracas. Ortega expresó su rechazo a lo que considera una embestida del imperio norteamericano en América Latina, con el objetivo de derrocar gobiernos que no se someten a sus intereses, citando específicamente el caso de Venezuela.
El Departamento de Justicia estadounidense informó que la aeronave fue incautada en la República Dominicana y posteriormente transferida a Florida por haber sido adquirida de manera ilegal y sacada de contrabando de los Estados Unidos. Esta acción se da en el contexto de las sanciones impuestas por Washington a Venezuela, que prohíben a los ciudadanos estadounidenses realizar transacciones con personas vinculadas al Gobierno de Caracas. Ortega reiteró su apoyo al pueblo venezolano y su rechazo a las agresiones sistemáticas que ha sufrido, atribuyéndolas a un intento de saqueo de sus recursos petroleros por parte de los imperialistas.
El presidente nicaragüense criticó duramente las acciones de Estados Unidos contra Venezuela, alegando que buscan convertir al país en un "infierno" para beneficiarse de sus recursos naturales. Ortega afirmó que la incautación del avión de Maduro es solo una de las muchas acciones de agresión contra el gobierno venezolano, especialmente tras las elecciones del 28 de julio, en las que la oposición ha denunciado fraude y se ha negado a reconocer la victoria oficial de Maduro. El comunicado oficial de Caracas calificó la confiscación del avión como un acto de "piratería" y anunció que emprenderán acciones legales para reparar el daño causado por la política de Washington.
Las relaciones entre Nicaragua y Venezuela son históricamente cercanas, siendo aliados políticos y económicos desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999. Nicaragua fue uno de los primeros países en reconocer la victoria de Maduro en las elecciones de julio, a pesar de las protestas y denuncias de fraude por parte de la oposición. Ambos gobiernos han denunciado la política de sanciones y agresiones de Estados Unidos como parte de un intento de socavar la soberanía de los países de América Latina, especialmente aquellos que no se alinean con los intereses estadounidenses.
El presidente Ortega se comprometió a mantener su apoyo a Maduro y al pueblo venezolano en su lucha contra lo que consideran una intervención ilegítima de Estados Unidos en los asuntos internos de Venezuela. Ortega rechazó las acciones unilaterales de Washington y abogó por la defensa de la soberanía y la autodeterminación de los países de la región. Tanto Nicaragua como Venezuela han enfrentado presiones y sanciones por parte de Estados Unidos, lo que ha fortalecido su relación y solidaridad en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas en América Latina.
En resumen, la confiscación del avión de Maduro por parte de Estados Unidos ha generado una ola de solidaridad y rechazo por parte de los aliados políticos de Venezuela en la región. La postura de Daniel Ortega y del Gobierno nicaragüense refleja su compromiso con la defensa de la soberanía y la autodeterminación de los países latinoamericanos frente a la intervención extranjera. La relación entre Nicaragua y Venezuela se mantiene estrecha, basada en la cooperación política y económica, y en la defensa de un proyecto de integración regional independiente de los intereses de potencias extranjeras.