El Gobierno de la República Dominicana apuesta a que el acuerdo de cielos abiertos con Estados Unidos aumente la competencia entre las aerolíneas nacionales y estadounidenses, lo que podría llevar a una disminución en los precios de los boletos aéreos. Sin embargo, esta expectativa es puesta en duda por algunos expertos. Mientras tanto, el sector privado de la aviación local mira con escepticismo el convenio para el cual no fueron consultados. El presidente Luis Abinader destacó la importancia de crear un entorno donde las aerolíneas operen con mínima intervención gubernamental, permitiendo que el mercado defina el futuro del transporte aéreo.
Hasta el momento, se desconocen los detalles del acuerdo y la Asociación Dominicana de Líneas Aéreas (ADLA) aseguró que sus miembros no fueron consultados sobre el tema que los involucra en todas sus dimensiones. El presidente de la asociación, Omar Chahín, expresó que el convenio puede beneficiar o perjudicar a las líneas aéreas dominicanas y manifestó sus dudas sobre si representa los mejores intereses de las aerolíneas del país. La falta de transparencia en el proceso de negociación ha generado incertidumbre en el sector.
La Asociación Nacional de Pilotos (ANP) también manifestó su descontento por la falta de participación en las negociaciones del acuerdo de cielos abiertos. La entidad expresó su preocupación por los posibles efectos del acuerdo en los técnicos, pilotos y aerolíneas locales. El presidente de la ANP, Juan Batista, criticó la falta de ética profesional por parte del Gobierno al no incluir a los principales actores del sector en las discusiones. Sin embargo, el presidente Abinader defendió el convenio, resaltando la libertad de mercado y la desregulación gubernamental como ventajas que generarán empleo y beneficios para los usuarios.
El presidente de la Junta de Aviación Civil (JAC), Marte Piantini, no cree que el acuerdo afecte a las aerolíneas dominicanas, recordando que el país ya tiene 17 convenios similares con otros países y las compañías locales han sabido competir. Por otro lado, el presidente de la Asociación Dominicana de Aviación General (ADAG), Francisco Díaz, expresó dudas sobre los efectos positivos del pacto debido a la presencia casi total de aerolíneas estadounidenses en las rutas entre ambos países, lo que ha llevado a un monopolio en el sector aéreo. Díaz teme que las desventajas en la cantidad de aerolíneas dominicanas limiten la competencia.
En medio de la polémica, el CEO de la empresa Arajet expresó su esperanza de que el acuerdo permita a la aerolínea volar hacia Estados Unidos, abriendo nuevas rutas hacia Puerto Rico, Miami y Nueva York. La subsecretaria de transporte de aviación de Estados Unidos informó que República Dominicana representa la cuarta puerta de entrada de pasajeros internacionales para ese país, con más de 10 millones de pasajeros viajando entre ambos destinos en los últimos doce meses. El acuerdo de cielos abiertos se espera que genere un ahorro de viaje de US$4,000 millones, a pesar de las dudas y críticas de varios sectores de la aviación en República Dominicana.