La directora ejecutiva del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (Onusida), Winnie Bayanyima, instó a los gobiernos a cerrar la brecha de financiación de 9.500 millones de dólares para responder al sida en países de renta media y baja, lo que permitiría acabar con la enfermedad y ahorrar dinero a largo plazo. Según Bayanyima, esta cantidad no es enorme en comparación con otros fondos destinados a guerras, y cerrar la brecha significaría un beneficio financiero en el futuro.

En un panel durante la presentación del informe "La urgencia ahora- El sida frente a una encrucijada" en la Conferencia Internacional sobre el Sida en Múnich, Bayanyima destacó la importancia de mantener la ayuda en niveles adecuados para cerrar la brecha y acabar con la enfermedad. Señaló que si no se cierra la brecha, el coste será mucho mayor debido al incremento de nuevos infectados que necesitarán tratamiento de por vida.

A pesar de que 9.500 millones de dólares puedan parecer una gran cantidad, el informe indica que el coste de no acabar con el sida sería mucho mayor en el futuro. En 2023, había disponibles 19.800 millones de dólares para la respuesta al sida en países de renta media y baja, un 5 % menos que el año anterior, y se estima que se necesitarán 29.300 millones de dólares en 2025. Bayanyima resaltó que acabar con el sida requiere voluntad política, inversión financiera y defensa de los derechos.

El informe apunta que lograr los objetivos para 2025 y 2030 podría ayudar a proteger a 60 millones de personas del VIH, lo que costará dinero en el presente pero ahorrará miles de millones a los sistemas de salud en el futuro. Destacó que las acciones que se tomen este año determinarán si el mundo logra poner fin al sida para 2030. A pesar de avances significativos, todavía hay cerca de 9,3 millones de personas con VIH que no reciben tratamiento, y una persona muere cada minuto por causas relacionadas con la enfermedad.

Bayanyima advirtió que las nuevas infecciones a nivel mundial no disminuyen lo suficientemente rápido, especialmente en regiones como Europa del Este y Asia Central, Oriente Medio y Norte de África, y América Latina. A pesar de los compromisos de reducir las infecciones anuales a menos de 370.000 para 2025, en 2023 se registraron 1,3 millones de nuevas infecciones. Destacó la importancia de la solidaridad mundial y el compromiso de los líderes para lograr el fin del sida para 2030. La lucha contra esta enfermedad requiere un enfoque integral que combine inversión, políticas adecuadas y respeto por los derechos humanos.

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