El arzobispo de Santiago destacó la importancia de mantener la paz social y la tranquilidad en la República Dominicana, frutos de las luchas por la independencia. Hizo un llamado a los dominicanos para que no permitan injerencias externas e internas que pongan en peligro estos logros, recordando la proclamación de la independencia nacional en 1844 y las batallas que se libraron posteriormente para consolidarla.
En el marco del 180 aniversario de la gesta contra los invasores haitianos, el arzobispo resaltó la importancia de recordar la Batalla del 30 de Marzo y las lecciones que dejó. Instó a los dominicanos a reflexionar sobre la historia y a valorar el sacrificio que se hizo para mantener la libertad del país. Asimismo, enfatizó la necesidad de fortalecer la independencia proclamada en 1844 y de no ceder ante las presiones tanto externas como internas que buscan socavar los principios de libertad, soberanía y autodeterminación.
Monseñor Rodríguez subrayó que los trinitarios, fundadores de la República Dominicana, entendieron que Dios nos creó para ser libres y que por ello es fundamental preservar la soberanía nacional a cualquier costo. Hizo un llamado a la unidad de los dominicanos en la defensa de estos valores y en la construcción de una mejor nación, destacando la importancia de consolidar la fe y las esperanzas en un futuro próspero para todos los ciudadanos del país.
En el evento del Tedeum también estuvieron presentes autoridades civiles y militares, como la vicepresidenta de la República y la gobernadora provincial. El arzobispo enfatizó la importancia de estar orgullosos de la herencia y patriotismo dominicanos, a la vez que instó a rechazar cualquier forma de falso patriotismo o chauvinismo que excluya o discrimine a personas diferentes. Resaltó la importancia de trabajar juntos por la preservación de la soberanía nacional y de no permitir que intereses ajenos pongan en peligro la paz y estabilidad del país.
En este sentido, recordó la necesidad de mantener vivas las enseñanzas de la historia y de estar preparados para enfrentar desafíos futuros que puedan amenazar la independencia y libertad de la República Dominicana. Destacó que los dominicanos están llamados a unirse en torno a estos principios y a trabajar juntos por un futuro mejor para todos. Finalmente, el arzobispo subrayó la importancia de rechazar todo tipo de odio y de trabajar por la unidad y el respeto hacia todas las personas, independientemente de sus diferencias.