El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha informado al presidente de EE.UU., Joe Biden, que planea atacar instalaciones militares en Irán en lugar de objetivos petroleros o nucleares. Durante una llamada telefónica la semana pasada, Netanyahu transmitió estas intenciones a Biden en un intento por evitar interferir en las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre. Se busca evitar que un ataque a instalaciones petroleras iraníes aumente los precios de la energía y que una ofensiva contra el programa nuclear de Irán desencadene una guerra entre Israel e Irán, obligando a EE.UU. a intervenir.

El plan de Netanyahu de atacar objetivos militares ha sido recibido con alivio en Washington. La Casa Blanca emitió un comunicado oficial tras la llamada entre Biden y Netanyahu, en el que no se menciona específicamente la respuesta que Israel prepara al ataque iraní del 13 de abril. Estados Unidos mantiene un diálogo con Israel para influir en la forma en que se lleve a cabo la respuesta, con la esperanza de que sea proporcional y no desencadene una guerra regional con impacto en las elecciones.

Una subida de precios de la gasolina como resultado de un conflicto entre Israel e Irán podría afectar negativamente a la vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris, ya que los votantes la ven menos capacitada para manejar la economía en comparación con su rival Donald Trump. Se espera que el ataque de represalia de Israel sea cuidadosamente calibrado para evitar consecuencias negativas en las elecciones estadounidenses. Netanyahu comprende la importancia de la elección y ha adaptado su estrategia en consecuencia.

El ataque iraní del 13 de abril sobre el territorio israelí con cerca de 300 proyectiles desencadenó preocupaciones sobre una escalada de tensiones en la región y la posibilidad de una guerra directa entre Israel e Irán. Israel busca una respuesta proporcional que disuada futuros ataques sin provocar una escalada en el conflicto. Biden y Netanyahu han mantenido un diálogo constante en los últimos días para coordinar la respuesta y garantizar la estabilidad en la región.

El impacto de un ataque israelí contra instalaciones militares en Irán en lugar de objetivos petroleros o nucleares podría ser menos perjudicial para la economía estadounidense y para las perspectivas electorales de los candidatos. Se espera que Israel lleve a cabo el ataque de manera estratégica para evitar consecuencias negativas y garantizar la estabilidad en la región. La coordinación entre Estados Unidos e Israel es fundamental para asegurar que la respuesta sea proporcional y no desencadene una escalada en el conflicto.

En resumen, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha informado al presidente de EE.UU., Joe Biden, de su intención de atacar instalaciones militares en Irán en lugar de objetivos petroleros o nucleares. El objetivo de esta acción es evitar interferir en las elecciones estadounidenses y garantizar la estabilidad en la región. Se espera que la respuesta de Israel sea proporcional y cuidadosamente calibrada para evitar consecuencias negativas en la economía y el escenario político de Estados Unidos.

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