El director de Comunicaciones y el vicario Episcopal de la Pastoral de Familia y Vida de la Arquidiócesis de Santo Domingo, sacerdotes Kennedy Rodríguez y Mario de la Cruz Campusano respectivamente, atribuyeron a la descomposición social de la República Dominicana la muerte de varios niños a manos de familiares. Ambos coincidieron en que la Iglesia está consternada por la situación y se encuentran dispuestos a colaborar con el gobierno para implementar medidas que ayuden a las familias y a la sociedad en general. Expresaron su sorpresa y dolor por la violencia y muertes que están ocurriendo en el país, especialmente cuando son perpetradas por personas cercanas a las víctimas. Rodríguez señaló la importancia de valorar la vida y los antivalores que se están manifestando en la sociedad dominicana, enfatizando la necesidad de priorizar la familia y el bien común por encima del individualismo y el materialismo.
El padre Rodríguez lamentó la falta de importancia que se le está dando a la vida y a la familia en la sociedad actual, destacando que la violencia, la falta de solidaridad y el egoísmo predominan en la población dominicana. Criticó la violencia de género y la falta de compromiso con el crecimiento conjunto en pareja, reflejando una sociedad con valores distorsionados y una decadencia en la importancia de la familia como núcleo fundamental de la sociedad. Por otro lado, el padre De la Cruz Campusano enfatizó que la descomposición social en el país ha crecido considerablemente y que se necesita una mayor atención y apoyo por parte del gobierno para fortalecer a las familias. Destacó la importancia de implementar políticas sociales dirigidas a la familia, ofrecer mayores oportunidades de empleo, mejorar las condiciones de vida y considerar la salud mental como un factor crucial en la prevención de situaciones trágicas como las que se han registrado recientemente en la República Dominicana.
Ambos sacerdotes coincidieron en que la sociedad dominicana debe reflexionar sobre sus valores y prioridades, buscando fortalecer el tejido social, promover la solidaridad y la empatía, y fomentar la importancia de la vida y la familia en la sociedad. Resaltaron la necesidad de trabajar en conjunto para prevenir situaciones trágicas como las que han ocurrido recientemente, donde madres han acabado con la vida de sus propios hijos, y abogaron por una mayor colaboración entre la Iglesia y el gobierno para implementar medidas que protejan y promuevan el bienestar de las familias en el país. Señalaron que existe un desafío importante en la sociedad dominicana en cuanto a rescatar y fortalecer los valores familiares, generando conciencia sobre la importancia de la unidad, el respeto y el amor en los hogares.
En conclusión, los religiosos enfatizaron la importancia de promover una cultura de paz, solidaridad y respeto en la sociedad dominicana, destacando que la familia es el pilar fundamental para la construcción de una sociedad justa y equitativa. Abogaron por una mayor atención y apoyo por parte del gobierno hacia las familias, así como por la implementación de políticas sociales que contribuyan al fortalecimiento de los lazos familiares y a la prevención de situaciones trágicas como las que han ocurrido recientemente. En este sentido, destacaron la importancia de trabajar en conjunto, tanto desde la Iglesia como desde las autoridades, para generar un cambio positivo en la sociedad dominicana y proteger el bienestar de los más vulnerables.