Un agricultor de 58 años llamado José Espinal falleció en la unidad de Cuidados Intensivos del hospital regional universitario José María Cabral y Báez en Santiago. Fue rociado con ácido del diablo por varias personas en la localidad de Jánico, en la provincia serrana. Espinal había sido ingresado en el centro de salud estatal tras ser agredido en una finca de Jánico, donde supuestamente había sido acusado de robar un gallo de peleas. El ácido del diablo le causó daños en un ojo y otras partes del rostro, y también recibió golpes en el cuerpo. La hermana del fallecido, Damaris Collado, exigió a la policía esclarecer lo sucedido, ya que José Espinal padecía trastornos mentales y fue abandonado en un terreno prácticamente ciego y con lesiones.

Los familiares de José Espinal recibieron la noticia de su fallecimiento debido a complicaciones ocurridas por las agresiones sufridas. El cadáver de Espinal fue enviado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) para realizarse una autopsia y determinar las causas de su muerte. Se mencionó que en el ataque contra Espinal estuvieron involucrados adultos y menores de edad. La situación ha generado conmoción en la comunidad, y la familia espera que las autoridades aclaren lo sucedido y lleven a los responsables ante la justicia. El uso de sustancias peligrosas como el ácido del diablo en ataques violentos es un tema preocupante que resalta la importancia de la regulación y control de estos productos para prevenir casos similares en el futuro.

La hermana de José Espinal, Damaris Collado, denunció públicamente la agresión sufrida por su hermano y pidió justicia por su muerte. Collado destacó que Espinal fue dejado abandonado en un solar con daños severos en su cuerpo y visión, lo que evidencia la brutalidad del ataque. Además, señaló que su familiar padecía trastornos mentales, lo que hace más grave el hecho de que haya sido víctima de violencia. Las autoridades están investigando el incidente y se espera que se identifique y se procese a los responsables, tanto adultos como menores de edad, que participaron en el ataque contra Espinal. La situación ha generado indignación en la sociedad y se espera que se haga justicia en este caso.

El caso de José Espinal ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las personas con discapacidad mental frente a la violencia y el maltrato. La falta de protección y apoyo para estas personas puede llevar a situaciones trágicas como la que sufrió Espinal, quien fue agredido y abandonado con graves lesiones que finalmente le causaron la muerte. Es fundamental que se implementen medidas de prevención y protección para garantizar la seguridad y el bienestar de las personas con discapacidad mental, así como para educar a la sociedad sobre la importancia de respetar los derechos humanos de todos los individuos, independientemente de sus capacidades.

La comunidad de Jánico y la provincia de Santiago han sido sacudidas por el trágico suceso que culminó con la muerte de José Espinal a manos de varias personas que lo agredieron con ácido del diablo y golpes. La indignación y la consternación se han extendido entre los habitantes, que exigen justicia y medidas para prevenir futuros casos de violencia y brutalidad. La familia de Espinal, junto con la sociedad en general, espera que las autoridades actúen con diligencia para esclarecer lo sucedido y garantizar que los responsables sean llevados ante la justicia. La violencia y el abuso contra personas vulnerables como Espinal no pueden quedar impunes, y es responsabilidad de todos promover una cultura de respeto y protección hacia quienes más lo necesitan.

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