Los franceses están participando en las urnas de unas elecciones legislativas con niveles históricos de movilización, en las que se prevé un cambio político incierto con la posible llegada al poder de la extrema derecha. A mitad del día, la participación era del 25,90%, la más alta en una primera vuelta desde 1981. En comparación con las elecciones legislativas de 2022, la brecha es significativa, ya que entonces la participación había sido del 18,4% después de cuatro horas de votación.
El interés por estas elecciones se refleja en las demandas de voto por procuración, que han aumentado significativamente en comparación con 2022. En estas elecciones se han registrado 2,782 millones de votos por procuración, lo que representa un aumento de 3,9 veces. Además, la convocatoria se hizo hace solo tres semanas y coincide con el verano, lo que ha llevado a muchas personas a estar de vacaciones y desplazadas de su residencia habitual.
En las elecciones legislativas, los franceses eligen a los 577 diputados que los representarán en la Asamblea Nacional. En la primera vuelta, los candidatos que obtienen más del 50% de los votos en su circunscripción son elegidos, siempre que eso represente al menos el 25% de los inscritos en el censo. Si nadie obtiene la elección en la primera vuelta, pasan a la segunda los dos primeros candidatos y, eventualmente, el tercero o cuarto, siempre que reciban al menos el 12.5% de los votos.
La alta participación en estas elecciones ha llevado a estimaciones de que en la segunda vuelta podría haber más de 150 triangulares, lo que beneficiaría principalmente a la ultraderechista Agrupación Nacional (RN). Según las encuestas, la RN es el claro favorito para la victoria y podría obtener una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. Otras coaliciones como el Frente Popular y el bloque de la mayoría saliente podrían tener resultados menos favorables en estas elecciones.
Los colegios electorales en Francia cierran a las 18:00 en áreas rurales y ciudades pequeñas, y a las 20:00 en las grandes ciudades. Los institutos de sondeos comunican sus primeras estimaciones de voto inmediatamente después del cierre de los colegios electorales, con resultados que suelen variar muy poco de los resultados finales. En estas elecciones legislativas se espera un posible cambio político importante en Francia, con la extrema derecha como principal favorita para obtener una mayoría en la Asamblea Nacional.
