Tres economistas se sientan a la mesa para discutir sobre las finanzas públicas en República Dominicana. Coinciden en que la falta de comunicación por parte del gobierno sobre una anunciada reforma fiscal está generando incertidumbre entre la población y los agentes económicos, lo cual afecta la economía del país. Consideran que, si se explicara mejor los beneficios de la reforma, se obtendría un mayor respaldo de los contribuyentes. Esta sería la segunda vez en la gestión actual que se plantea una reforma fiscal, y se espera que sea inminente.

Uno de los economistas presentes, el español Daniel Lacalle, señala que las reformas fiscales deben realizarse en momentos de crecimiento económico, como el actual en República Dominicana, donde se espera un crecimiento del 5% del PIB en 2024. En este sentido, destaca la importancia de que la reforma genere riqueza y crecimiento, abarcando también aspectos laborales y energéticos, como la privatización de empresas distribuidoras de electricidad. Sin embargo, advierte sobre la posibilidad de generar "hartazgo" en la población si la reforma no se comunica de manera adecuada.

Por su parte, el economista Edmundo Rivera observa que las reformas fiscales han prometido aumentar las recaudaciones y reducir el déficit fiscal, pero en la realidad no se cumplen totalmente las metas establecidas. En el pasado, se han aprobado reformas temporales que han resultado insuficientes para resolver los problemas fiscales del país. La historia reciente muestra que se han realizado reformas en 2011 y 2012, pero posteriormente se han introducido cambios anuales a las leyes tributarias en el presupuesto.

Rivera también plantea que las reformas fiscales en el país han sido vendidas como la última, generando expectativas en la población que luego no se cumplen. Considera que el enfoque actual de la reforma fiscal solo se centra en aumentar impuestos, mientras que debería contemplar también una reducción de los gastos y estar orientada al crecimiento económico. La baja presión fiscal en República Dominicana es un tema de debate, ya que algunos consideran que el país tiene una baja carga tributaria en comparación con otros países de la región, mientras que otros argumentan que la economía informal representa un impedimento para medir realmente la presión fiscal del país.

Tanto Lacalle como Rivera coinciden en la necesidad de una reforma fiscal que incentive el ahorro, el crecimiento económico, la formalización de la economía informal y la generación de empleo. Consideran que la actual situación de altos costos transaccionales y una fiscalidad elevada están impulsando la informalidad en el país. Destacan la importancia de una comunicación clara y efectiva sobre los objetivos de la reforma, evitando centrarse únicamente en la contabilidad fiscal y buscando promover el crecimiento económico y la generación de empleo.

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