En el mes de mayo, al menos diez agentes de la Dirección General de Migración (DGM) en República Dominicana han sido agredidos durante diversos incidentes en distintas partes del país. Estas agresiones han dificultado el trabajo de los agentes, como el caso más reciente en Navarrete, provincia de Santiago, donde además de la agresión, también rompieron el cristal de uno de los camiones de la institución. Otro incidente ocurrió en Herrera, donde dos haitianos en un motor atropellaron a uno de los agentes que participaba en un operativo de interdicción migratoria. Además, un extranjero hirió a un agente con un arma blanca en Brisas del Este, Santo Domingo Este, intentando liberar a un compatriota detenido sin documentos.
En otro suceso en el kilómetro 9 de la autopista Duarte, un motorista golpeó a un agente con un anillo en la frente mientras este subía a un extranjero al vehículo de la DGM. El agente tuvo que ser trasladado al hospital por la herida en la cara. En Buenos Aires de Herrera, un haitiano en situación irregular arrastró a un agente migratorio al intentar huir de su captura, causándole heridas en las manos. Además, en la avenida José Núñez de Cáceres, un dominicano lanzó piedras al camión de la institución para impedir un operativo el pasado 3 de mayo.
La Dirección General de Migración de República Dominicana reafirma que realiza sus operativos con respeto a los derechos humanos, según lo establecido en la ley 285-04, su reglamento de aplicación bajo el decreto 631-11 y las convenciones internacionales de las que el país es signatario. A pesar de las agresiones sufridas, la institución asegura que estos hechos no detendrán a sus agentes en el cumplimiento de sus funciones, y seguirán trabajando en la labor de interdicción migratoria. Desde el inicio del mes, se han reportado diversos incidentes en los que los migrantes han tratado de evitar ser capturados por la DGM, lo que ha resultado en confrontaciones y agresiones contra los agentes.
Estos incidentes reflejan la tensión y la resistencia que a menudo enfrentan los agentes de migración al realizar sus operativos en distintas zonas del país. Las situaciones de violencia ocurridas en Navarrete, Herrera, Brisas del Este y otros lugares ponen en evidencia la complejidad del problema migratorio en la República Dominicana y los desafíos que enfrentan las autoridades para controlar y regular la entrada y permanencia de extranjeros en el territorio. Las acciones de los migrantes que intentan evitar su detención y expulsión contribuyen a un clima de confrontación e inseguridad en el país.
Es fundamental reafirmar el respeto a los derechos humanos y la legalidad en los operativos migratorios, garantizando que las acciones de la DGM se realicen dentro del marco legal y en cumplimiento de las normas internacionales. Es necesario promover un diálogo y una cooperación constructiva entre las autoridades migratorias, la sociedad civil y las organizaciones internacionales para abordar de manera integral y efectiva el fenómeno migratorio en la región. La protección de los derechos de los migrantes y el respeto a la dignidad humana deben ser pilares fundamentales en cualquier estrategia de control migratorio, buscando soluciones sostenibles y equitativas para todos los involucrados.